Talitha Kum, las religiosas que se visten de prostitutas para combatir la trata de personas

Talitha Kum, las religiosas que se visten de prostitutas para combatir la trata de personas

01 Diciembre 2015

Esta insólita congregación cuenta con 1.100 religiosas que combaten el tráfico de personas utilizando métodos muy osados y peligrosos para salvar a mujeres y niños.

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La historia de TALITHA KUM: Red Internacional de Vida Consagrada Contra la Trata de Personas comenzó en el 2004 en el campo de la Formación de Religiosas para la lucha contra el tráfico de personas, especialmente mujeres y niños. Este fue el año en que tuvo lugar el Congreso sobre la Vida Consagrada 2004 con el título “Pasión por Cristo y Pasión por la Humanidad”.

Talitha Kum es un "ejército" de 1.100 religiosas que combaten el tráfico de personas, actividad ilícita que afecta -según sus estimaciones- a unas 73 millones de personas en todo el mundo. "No intento ser sensacionalista, pero trato de subrayar el hecho de que este mundo ha perdido su inocencia... donde las fuerzas oscuras están activas", afirmó John Studzinski, presidente de Talith Kum, a "The Huffington Post". Strudzinski reveló que el trato que reciben algunas víctimas es horrible, y lo ejemplificó con el caso de una mujer que vivía como esclava de la prostitución y que fue encerrada por una semana sin comida, obligada a comer sus propias heces, cuando no logró la meta impuesta por sus jefes de tener relaciones sexuales con 12 clientes por día. Es ahí donde intervienen las osadas religiosas de Talitha Kum, quienes no escatiman en esfuerzos para rescatar a mujeres que realizan trabajo sexual.

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¿Cómo lo hacen?

Las religiosas se disfrazan de prostitutas para salir a la calle o infiltrarse en los burdeles, sin que nadie sepa que están ahí. "Estas hermanas no confían en nadie. No confían en los gobiernos, en las corporaciones y tampoco en la policía local. En algunos casos ni siquiera pueden confiar en el clero masculino", declaró Strudzinski. Las religiosas también trabajan rescatando a niños que son vendidos como esclavos por sus propios padres. ¿Cómo lo hacen? Simple: ellas compran a los pequeños y luego los trasladan a casas de acogida que tienen en África, Filipinas, Brasil e India. "Es sorprendente, pero es real", señaló Strudzinski. Pero eso no es todo. Las hermanas Talitha Kum también buscan terminar con la esclavitud en las cadenas de suministro de grandes compañías y es por esto que se mezclan con trabajadoras a las que les pagan escasos 2 centavos de dólar la hora, con la intención de dejar al descubierto los abusos laborales a las que son sometidas.
Fuente: Emol.com