Elecciones 2009: Pasajes ida y vuelta por tu voto

Es triste y alarmante darse cuenta que, a la luz de los últimos berrinches de las diversas parcelas políticas, las cabecillas a cargo de planificar “el Chile del mañana” sin excepciones significativas ignoren, o peor aún, se muestren incompetentes para tomar en cuenta las señales con que la gallá notifica que no tiene previsto seguir recibiendo ordenes institucionales o de lideres mesiánicos; mucho menos aceptar sin corcovear que sus problemas, ideas, inquietudes y, finalmente, su voto sean respetados únicamente en función de una ambición electoral; y es que, pese a ser a mi juicio insignificantes en términos de volumen, estoy seguro que esta gallá es hoy ese 2 o 3% con que todos los iluminados dicen será la diferencia que definirá la contienda presidencial.
Mientras unos pontifican con que el Gobierno ya tiene presupuestado el traslado de los chilenos que viven en el extranjero para que vengan a votar, gastos incluidos por supuesto, otros se indignan con la posibilidad de que la Contraloría le ponga límites a los ministros para hacer con su tiempo libre lo que quieran, por ejemplo, apoyar a Eduerdo Frei, en una especie de plagio de aquel instructivo con que el Ministerio Publico prohibió a los fiscales jugar en los casinos del país. Mientras unos pregonan siniestros escenarios políticos de ganar el adversario, otros se preocupan con exagerada atención por los resultados de un sondeo que, independiente de su formalidad, pareciera ser más una estrategia comercial que un regalo al país.
Mientras ellos se preocupan de aquello, doscientos mil nuevos electores y un porcentaje indeterminado de antiguos inscritos presienten con más fuerza cada día que, gane quien gane, la cosa seguirá igual, sin cambios sustanciales y por lo tanto, no tienen motivos para comprar así nada más los discursos y rogativas de una clase política añeja y distante a sus plegarias. Ejemplos hay por miles y frases como “total, tengo que trabajar igual” o “y qué tanto, ¿acaso si gana fulano no tendré que pagar más cuentas y supermercado?” inundan las recepciones a los candidatos en sus puerta a puerta.
Así como los profesores ponen en jaque al Gobierno con el cierre del año escolar, irremediablemente sujeto al pago de la deuda histórica, el indiferente nuevo elector pretende que su enfoque sea considerado naturalmente, sin que tenga que mediar provocación alguna, sin condiciones, sólo porque es tu pega saberlo, aceptarlo y planificar las políticas públicas en base a ellas. Pero al igual que el Gobierno al magisterio, pareciera que la clase política no tiene ganas de moverse de su enfoque tradicional, desconociendo la existencia de ese naciente contexto y demanda.
Más allá de las cifras, es evidente que después de esta elección los paquetes legislativos sobre inscripción en los registros electorales y otras materias relacionadas serán aprobados y esto facilitará la irrupción de fogosos cambios al sistema político chileno, no sólo por la incorporación automática de millones de nuevos ciudadanos, acaso también la renovación de una generación de caciques, por decirlo de alguna manera simple, más modernos.
Es así como, de perder Piñera la elección, personajes como los Ossandón, Allamand, Espina y otros tantos mal llamados “la generación de recambio” necesariamente deberán dar paso a otros y, en el caso de que pierda Frei, la cosa será más violenta aún, puesto que los “príncipes” no tendrán resistencia para solicitar que los Latorre, Auth, Escalona, Gómez y otros se hagan a un lado inmediatamente. Por supuesto, no hay que olvidar la eventual conformación de nuevos referentes políticos, sean estos por fusión o extinción de los ya existentes.
Por ello, sería valioso que la clase política analizara un muy buen ejemplo de esto y de cómo los medios de comunicación, incluso los más conservadores, han adoptado como suya esta nueva dimensión de las cosas. Con una rapidez asombrosa, los medios incorporaron las creencias y contenidos elaborados por personas comunes y corrientes; estos espacios, lejos de ser presentados como meros buzones de voz, ya son parte importante en las reuniones de pauta y es así como gracias a estos contenidos las radios, diarios, portales de Internet y canales de televisión tienen material y “pruebas” de noticias que sin este nexo jamás hubiesen sido sabidos por el público. ¿Se entiende?.
Creo eso sí que ya es demasiado tarde para que estos dirigentes hagan ese necesario nexo, pero para la tranquilidad de muchos, les guste o no, los ciudadanos se tomarán los ambientes y quién se atreva a desconocerlo sufrirá el mismo castigo con que escarmentó todos estos años a esos electores: la indiferencia.
Sigan así muchachos, pásenlo bien. Y para mis compatriotas en el extranjero, si es verdad que los traen con el sistema “All Inclusive” a Chile, amárrenlo nomás, aprovechen de ver a los familiares, pasear por su terruño natal y, a menos que los pasajes de vuelta estén sujetos a que fotografíen el voto con el celular, voten por el que quieran.