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El agua es el principal componente del cuerpo humano. Esencial para los procesos fisiológicos de digestión, absorción, eliminación de desechos metabólicos y para la estructura y funcionamiento del aparato circulatorio. Según estudios, el cuerpo humano tiene un 75 por ciento de agua al nacer y cerca del 60 por ciento en la edad adulta. Aproximadamente el 60 por ciento de esta agua se encuentra en el interior de las células y el resto circula en la sangre y baña los tejidos.

Frente a todo este contexto, es importante considerar el consejo de profesionales de la salud. “Debemos beber entre 2 y 4 litros de agua al día. Asimismo, es posible que las personas que son físicamente activas, enfermas o que están expuestas a un ambiente caluroso requieran mayores aportes de agua total. Los individuos sanos disponen de mecanismos eficaces para eliminar el exceso de agua y mantener así el equilibrio hídrico, por lo que para el agua no se ha establecido una ingestión máxima tolerable”, explica la docente de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Autónoma de Chile, Paola Araneda.

La profesional señala además, que los padres deben tener especial atención con la hidratación en los niños. El organismo de ellos debe equilibrar su balance hídrico por medio del consumo diario suficiente, especialmente en las primeras etapas de la vida en la que son más vulnerables a desequilibrios de líquidos y electrolitos. “Los  lactantes y  niños  pequeños, tienen un mayor riesgo de deshidratación que los adultos. Por eso es recomendable beber entre 30 y 35 ml por kilo de peso, al día”, agrega Paola Araneda.

En el caso de los adultos mayores, con el paso de los años disminuye el porcentaje de masa muscular en el cuerpo en favor de la grasa y –por ende- disminuye la proporción de agua, llegando sólo a un 60 por ciento en hombres y el 50 por ciento en mujeres. Si bien se mantiene la proporción de ingerir 30 a 35 ml por kilo, hay

recomendaciones para evitar cuadros de deshidratación, pensando en que el cuerpo tiene necesidades distintas, con el paso de los años.

Los adultos sobre 65 años deben añadir 300 ml de líquidos por cada grado de temperatura superior a los 37 grados. Las personas que presenten problemas digestivos, como vómitos o diarreas, deben aumentar la ingesta diaria en 600 ml. Finalmente aquellos con problemas de salud que se acompañen de una respiración acelerada, deben sumar –también- 600 ml por día.

Si bien es necesario consumir agua todos los días, la profesional hace hincapié que no todos los líquidos son iguales. Para favorecer la hidratación se debe tomar “agua de la llave”, o té de hierbas sin azúcar. Las bebidas con gas, favorecen la obesidad y finalmente crean malos hábitos, sobre todo en niños, indica.

Otras recomendaciones a seguir: ingerir líquidos entre cada comida , además de no esperar a tener sensación de sed para beber. Es una buena idea, disponer de agua en lugares de trabajo y utilizar botellas para tenerla siempre a mano en mochilas y carteras.

Los nutricionistas también recomiendan mantener las bebidas a temperatura ambiente, pues si están muy frías o muy calientes se suele beber menos. Atención los amantes del ejercicio; deben aumentar la ingesta de líquidos en ambientes calurosos, antes, durante y después del ejercicio.

Para los más pretenciosos, es importante indicar además que el agua es todo un secreto de belleza. La razón es simple. Con su consumo diario, la piel se pone más elástica, flexible e hidratada. Sin embargo, el alcohol y el café la deshidratan.