¿Son los cuentos infantiles un arma del sexismo?

02 Noviembre 2014
El sexismo como mecanismo discriminatorio de las personas en razón del sexo al que pertenecen, es de especial preocupación para la Red Chilena Contra la Violencia hacia las Mujeres, que proponen cambios desde la literatura y educación escolar para enfrentarlo.
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El Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago en conjunto con la Red Chilena Contra la Violencia hacia las Mujeres realizaron un seminario sobre Sexismo en la Educación en que se analizó la labor docente y la elección crítica de los cuentos infantiles.

Sandra Palestro, socióloga de la Red Chilena Contra la Violencia hacia las Mujeres expresó que los cuentos infantiles son formas de transmisión ideológica de una cultura y civilización patriarcal, por lo que contribuyen a reforzar la influencia del sistema que desde el orden simbólico se trae de la familia misma de los niños.

“Objetivando podemos estar conscientes de que hay una reproducción inconsciente del sexismo y en eso, no ayudan los medios de comunicación ni el aparataje estatal ni las iglesias, que como tienen el poder son también los dueños de la comunicación” reprochó la socióloga y añadió que si los políticos no hablan del tema y los apoderados en las escuelas tampoco por lo que ve difícil que con una capacitación de docentes la situación cambie.

En ese sentido, la administradora pública Priscila González, señaló que los maestros tienden a generar para sí y para otros, expectativas diferenciadas en el desarrollo intelectual, capacidades físicas y habilidades de niños y niñas.

Los juegos, las lecturas, las temáticas de estudio, el lenguaje y la orientación vocacional o, incluso, el uso de los espacios como el patio influyen en la autoimagen de los niños, niñas y adolescentes, ejemplificó la profesional.

La administradora pública explicó que “La incapacidad aprendida se refiere al fenómeno que afecta principalmente a las estudiantes mujeres y consiste en una creencia consciente e inconsciente, implícita o explícita, de la imposibilidad de realizar una tarea o asumir previa e infundadamente que no se tendrá un buen rendimiento en determinado asunto o área”.

Priscila González comparó, por ejemplo, que de las niñas se espera que no sean tan independientes, que en su futuro formen familia, se le asigna un lugar en lo domestico y se asume como normal que tengan un pobre desempeño en actividades físicas. Mientras a los niños, se les asocia con las matemáticas, el deporte, las tecnologías, el poder y el espacio.

Por su parte, Anahí Troncoso, licenciada en Lengua y Literatura Hispánica apuesta por desmantelar el sexismo naturalizado en los cuentos infantiles y “deconstruirlo”, relevar una lectura sobre la “re-significación” de los lazos afectivos y de esta forma, transgredir los límites que ciertos textos imponen.

A modo de ejemplo, la profesional expuso el cuento “Choco encuentra una mamá” de Keiko Kaska, que aunque valora la adopción, continúa utilizando el estereotipo de madre, protectora, amigable y cariñosa, asimismo ésta usa un delantal asociándose al hogar y la cocina. En cambio, “La historia de Julia: la niña que tenía sombra de niño” de Christian Bruel, permite reflexionar sobre la construcción de identidad de cada sujeto que según Anahí Troncoso, no puede someterse a las exigencias externas.

 “El cuestionamiento es fundamental, como también lo es optar por textos que sean complejos y por esto, den cuenta de nuestra diversa realidad. Seguir seleccionando cuentos antiguos sin preguntarnos por qué o relatos lineales que no presentan desafío alguno, es seguir pensando que la literatura no tiene impacto en la construcción de subjetividades de los niños y niñas” criticó la experta y aconsejó  que un buen criterio para elegir textos infantiles es observar si el texto abre espacios para el cuestionamiento y la re significación o solo plantea una lectura unívoca y tranquilizadora.

Por último, Josefa Ruiz-Tagle, periodista y crítica cultural, integrante de la coordinación del Plan Nacional de Fomento de la Lectura del Ministerio de Educación, defiende la lectura crítica de niños y niñas e identifica beneficios de interpretación al incorporar versiones alternativas de los cuentos clásicos en la enseñanza, porque

“Combate los estereotipos por el puro hecho de mostrar a un personaje desde una perspectiva radicalmente distinta y permiten contextualizar las obras literarias”. “No es lo mismo una obra medieval que una escrita hoy en día, que los valores son otros y las ideologías de los autores influyen en cómo se cuenta una historia” aseguró la periodista.

Por ello, Josefa Ruiz-Tagle invitó a los profesores y profesoras a revisar textos no sexistas, protagonizados por mujeres, que aborden abiertamente el tema de la discriminación y que muestren relaciones distintas al amor romántico.