"Primero que todo, Osorno está cerca de todo, pero es que de todo", afirma Fernando, un joven de 26 años nacido y criado en esta ciudad pero que estudia en Santiago. Aún conociendo la capital, no cambia Osorno por ninguna otra ciudad.

Cuando dice que se está cerca de todo, se refiere a que en no más de una hora y media, se puede llegar a destinos turísticos infaltables en los itinerarios al sur, por ejemplo:

Hasta el Lago Llanquihue un auto toma solo 45 minutos en recorrer los 52.2 km. Luego de pasar por ahí puedes seguir hasta Puerto Varas, que toma 45 minutos más.

Si toca un fin de semana más o menos desocupado, una persona que se encuentra en Osorno se demora solo una hora y media hasta los Saltos del Petrohué, punto de encuentro turístico altamente visitado.

Pero si de cambiar paisajes se trata, Osorno también ofrece cercanía con mar y arena con playas como Maicopué y Centinela.

Ahora bien, si se busca un panorama menos familiar, para salir con amigos, Barrio Portales por la noche ofrece un sinnúmero de bares y pubs que, según los osorninos, jamás ofrecerán un litro de cerveza por más de $1500. Y de día, calle Ramírez es escenario de artistas callejeros durante toda la jornada.

Una particularidad, además de estar muy cerca de centros turísticos, es que debido al componente ganadero de la zona, siempre se encontrará carne de buena calidad y barata, es decir, Osorno jamás ofrecerá platos que no despierten el apetito.

Y si de tradiciones se trata, esta ciudad celebra las fiestas patrias con empanas fritas -no de horno- y con fuegos artificiales desde Pilauco para toda la ciudad, como si fuese año nuevo.