Si no hubiese sido por el ataque de un tiburón Eugene Finney jamás se habría enterado de que tenía un tumor. "Si no me hubiera atacado el tiburón, no hubiera ido al hospital y nunca hubiera detectado el tumor (...) hasta tendría metástasis y, para entonces, hubiera sido demasiado tarde", reconoció Finney al diario capitalino The Washington Post.

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El episodio sucedió cuando se encontraba de vacaciones junto a su familia.

Estaban en playa cuando Eugene decidió meterse al agua con su hija y no preveo el ataque del tiburón, solo sintió un fuerte rasguño en su espalda, protegiendo a su hija del ataque.

Cuando salió del mar notó que tenía una importante herida y decidió ir al hospital de Massachussets. Para revisar la cicatriz le hicieron un escaneo de rayos X y fue entonces que le hallaron un tumor canceroso.