Felipe Petit-Laurent y su mirada como nuevo Director de Servicio País

06 Marzo 2014

Este año, el programa Servicio País, de la Fundación por la Superación de la Pobreza, cumple 20 años. En este marco, su nuevo Director Nacional, Felipe Petit-Laurent, conversó con La oPiñón y planteó algunas críticas a las políticas sociales desarrolladas hasta el momento.

Karin Micelli H. >
authenticated user

Este 2014, el programa Servicio País, de la Fundación por la Superación de la Pobreza, cumple 20 años. En este marco, el nuevo director Nacional de Servicio PaísFelipe Petit-Laurent, conversó con La oPiñón y planteó algunas críticas a las políticas sociales desarrolladas hasta el momento.

Respecto de los desafíos que enfrentará durante estos años, Petit-Laurent, quién se desempeñara como Director Regional (Araucanía) de la Fundación durante 5 años, asegura que esta es una oportunidad para seguir planteando la necesidad de descentralizar las formas de medición de la condición de pobreza existente en nuestro país.

“En mi labor anterior, aquí en La Araucanía, me pude dar cuenta de que ésta, como muchas otras regiones, está llena de recursos, de potencialidades de las personas y la cultura… Muchas de estas cosas, los actuales indicadores, no logran identificarlas. Ahí hay un desafío, dónde poner la mirada más regional, desde Santiago, para intentar considerar esas variables en las conversaciones, en las propuestas de políticas públicas”, explicó.

Descentralización de las políticas públicas para el Desarrollo Social

En las propuestas, que a lo largo de los años viene desarrollando Servicio País, al alero de la Fundación, dan cuenta de una metodología de trabajo que busca romper con el paternalismo o clientelismo presente en cada gobierno de turno, a la hora de plantear políticas públicas que vayan en beneficio de los sectores más vulnerables, ya que su impacto es ínfimo y limitado.

“Lo que nosotros tratamos de hacer, es entender que existen un montón de recursos, que en ocasiones, al no ser movilizados, no se convierten en capitales para las personas, y por lo tanto siguen manteniendo esta barrera hacia la estructura de las oportunidades, que vienen de la empresa privada, la sociedad civil y el Estado. Por eso nosotros tratamos de incorporar distintos ámbitos, como cultura, educación, salud, hábitat, participación", indica.

"Entonces si trabajamos sólo con las comunidades que cuentan con la ficha de protección social, o la medición que tenga el Estado, es una mirada un poco miope de la realidad, por lo tanto tratamos que los profesionales que trabajan en Servicio País, conozcan de manera integral la realidad de los territorios, para que las propuestas de soluciones se generen con la comunidad, intentando traspasar capacidades, procesos de formación, para entregar autonomía a las personas”, comenta.

Y suma a lo anterior que este modelo ha permitido echar a andar proyectos, que hoy, algunas comunidades son capaces de sostener en el tiempo, haciéndoles evolucionar, solucionando sus problemas más inmediatos y generando un sentido de trabajo en comunidad, para lograr sus objetivos, basados en el bien común.

Conciencia comunitaria y del bien común

Además de contar con políticas públicas, pensadas desde el desconocimiento de las realidades regionales, una de las falencias que ha detectado esta Fundación a través de las experiencias de Servicio País, es que las líneas de acción gubernamentales, carecen de una metodología que favorezca y fortalezca los lazos de una comunidad, más allá de la necesidad individual de algunos de sus integrantes.

“Por ejemplo en una situación de falta de viviendas para muchos vecinos… Conforman un comité de vivienda, para la obtención de su subsidio individual, y una vez que se lograron las casa, el ejercicio comunitario queda ahí. Lo ideal es que eso se instale como una Junta de Vecinos que participa permanentemente, que se cuiden mutuamente, y ese ejercicio es muy complejo. Pero, finalmente, esa es la apuesta que Servicio País, para lograr fortalecer el tejido social, de las comunidades y que puedan, junto con los Gobiernos Locales, seguir desarrollando iniciativas.”

Felipe Petit-Laurent, asegura que el éxito logrado en lugares como Perquenco, dicen relación con la vinculación que se genera entre la comunidad y los profesionales que realizan el traspaso de competencias técnicas, que se instalan en la cultura comunitaria y les impulsa para avanzar de forma independiente, conscientes de sus debilidades y fortalezas.

En estos 20 años de Servicio País, Felipe apuesta por replicar estos círculos virtuosos, donde una de las principales cualidades que la comunidad debe explorar, es la voluntad, para lograr planificar sus procesos, con el apoyo de Capital Humano calificado, ingrediente esencial en la superación de la pobreza. “Mientras menos Capital Humano Calificado hay en un territorio, más situación de pobreza hay. Por eso es necesario descentralizar el Capital Humano Calificado, que apoye y llegue a vivir a un territorio, por un año. Que se instale, y que viva las mismas complejidades que vive la comunidad”, concluyó el directivo.

Son más de 5 mil los estudiantes que han emprendido la aventura, destinando algunos años de su profesión a este proyecto de intervención social, en las comunidades más aisladas y vulnerables, buscando incorporar modelos innovadores, y en algunos casos transgresores, con el objetivo de contribuir a la superación de la pobreza en Chile.