En los últimos días se ha instalado en Osorno la discusión respecto de la necesidad de dar una pronta solución a los altos índices de cesantía que aquejan a nuestra ciudad. De ella han tomado parte el alcalde Bertin y los dirigentes de los gremios, instando al gobierno a asumir una postura de urgencia.

También hemos escuchado a los diputados Hernández y Ojeda mostrar su preocupación frente al problema y tomar acciones desde el Parlamento para contribuir a solucionarlo. Pero hay voces que deberían haberse escuchado y que, sin embargo, no lo han hecho: la de los senadores Eduardo Frei y Carlos Larraín.

¿Qué pasa con ellos? ¿Dónde están que no los hemos escuchado decir ninguna palabra frente al 12,5% de cesantía en la principal comuna de la provincia? ¿Es que la distancia que separa a nuestra ciudad de su sillón parlamentario no los deja oír los problemas que nos aquejan? ¿O es que sencillamente lo que pase acá no les interesa?

Es grave lo que ocurre. No puede ser que un ex Presidente de la República y el presidente del principal partido de gobierno, no estén utilizando su influencia en las altas esferas del Estado para ayudar a sus "representados". Es su responsabilidad y su obligación como senadores hacer algo al respecto y pronunciarse públicamente. Sus voces, querámoslo o no, tienen una resonancia mayor.

Es en momentos como este cuando resuenan las críticas al sistema político de nuestro país, que permite que figuras foráneas "representen" una determinada zona del país, sin que haya un verdadero arraigo con quienes se está representando. Tal vez sea momento, en vista de los antecedentes, de poner término a esta situación.