Halloween: Terror para lectores (Parte 1)

Halloween: Terror para lectores (Parte 1)

27 Octubre 2021
Amparados por Halloween, octubre y noviembre hayan pretextos para hablar del miedo. Aquí, entonces, le damos un vistazo desde los libros.
Daniel Carrillo... >
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Cuentos chilenos de terror, misterio y fantasía. Antología narrativa (Editorial Cuarto propio, 2015).  Heiremans, Barros, Diamantino (editores). 

Esta selección de relatos es un gran hallazgo y un compendio de primera necesidad para los amantes del terror made in Chile. Tal vez cause un poco de sorpresa a la primera hojeada, al ver varios nombres canónicos de la literatura nacional como Baldomero Lillo, Vicente Huidobro, Manuel Rojas o María Luisa Bombal. Y claro, es difícil armar una lista de escritores “clásicos” de terror chileno, porque en principio no existirían plumas con dedicación exclusiva a este género, por tanto de ahí el valor de esta exploración emprendida por las editoras y editores de este libro. Se han metido a hurgar entre autores del Criollismo, Vanguardismo y Neorrealismo, llegando a una selección que se inicia con El ahogado y La Chascuda, de Baldomero Lillo (Lota, 1867) y termina con La rata, de Héctor Tancredo Pinochet Ciudad (Santiago, 1938).

En estas casi 300 páginas la invitación no es solo a adentrarse en diferentes niveles de realidad o en las sombras siniestras que laten en medio de la propia vida cotidiana, con pinceladas de mitología nacional. También cada cuento es acompañado por un análisis académico que aporta a la comprensión de cada relato y su contexto.     

Horrores. Cuentos extraños y perturbadores. Jesús Diamantino. (Editorial Cuarto Propio, 2021).

Esta reciente colección de relatos se lee con una avidez muy genuina, principalmente porque a pesar de ser historias sencillas tiene marcados elementos de intriga y oscuridad. A ello se suman telones de fondo donde conviven imaginarios contemporáneos, como en El Gran Pastor de los gatos, Fantasy o Crepúsculo -que revisita la saga homónima-, y también tramas con un efectivo sabor local, como en Cabeza de Chancho o La casa de Cabrera, donde los rudimentos del terror terminan adquiriendo un cariz humorístico.

Rosalba, a pesar de ser algo predecible, tampoco desentona. Mención aparte merece La Quimera, cuento publicado previamente por Diamantino en la antología por los 200 años del Frankenstein de Mary Shelley, El legado del monstruo. Allí, la historia de un rapto termina siendo una epifanía inefable del misterio de la vida, al tiempo que el camino se plaga de referencias al “moderno Prometeo”: un científico desaparecido de quien solo se hallaron algunas prendas y su pasaporte en la ribera del lago Lemán y un libro de terror llamado Fantasmagoriana.

El autor, docente y estudioso del terror, escribe alejado de academicismos y logra unos relatos misteriosos, a ratos siniestros, pero por sobre todo, entretenidos.

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