13 mil millones de dólares en pérdidas en los fondos de pensiones

13 mil millones de dólares en pérdidas en los fondos de pensiones

19 Febrero 2008
Tanto el Ministro de Hacienda como las autoridades sectoriales y regulatorias, han guardado silencio frente a la enormidad de las pérdidas del fondo de pensiones, que superan los 13 mil millones de dólares, vale decir, alrededor del 10% de la totalidad.
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En Chile se tergiversan las informaciones minimizando el efecto que puede acarrear la situación. Donde el ministro señala que nuestra economía “está extraordinariamente bien protegida” para enfrentar las turbulencias financieras de naturaleza global. En la misma línea se colocó el Banco Central, que en su último informe de política monetaria estimó que lo más probable es que la crisis “no tenga un impacto muy severo en el crecimiento mundial y particularmente en las economías emergentes”.
Tanto el Ministro de Hacienda como las autoridades sectoriales y regulatorias, han guardado silencio frente a la enormidad de las pérdidas del fondo de pensiones, que superan los 13 mil millones de dólares, vale decir, alrededor del 10% de la totalidad del fondo.
Intervención en tiempos de crisis
A partir de la crisis de los años treinta los bancos centrales sustentan una línea de intervención por medio de la inyección de dinero para superar la situación, efectivamente es lo que hacen los bancos centrales y esta vez la inyección de liquidez ha sido gigantesca.
Si se suman todas las inyecciones de dinero que han realizado los bancos centrales, europeos y norteamericano, en los últimos meses, se sobrepasa con facilidad la cifra increíblemente alta de un billón de millón de dólares. Eso es ocho veces el producto anual chileno o una décima cuarta parte del producto interno de Estados Unidos; es decir, es una cifra gigantesca.
La característica de todas las crisis es que se manifiestan por una contracción muy fuerte del crédito; es decir, inmediatamente antes de la crisis normalmente las economías funcionan sólo a crédito; lo que atocha el mercado afectando las utilidades de las empresas y hace que estas restrinjan sus gastos, produciéndose la crisis.
Usualmente los consumidores son los últimos que restringen sus gastos, porque normalmente las crisis se precipitan cuando los consumidores están consumiendo al máximo; es decir, los sueldos están altos, los empleos igual, etc.
Entonces lo que hacen los Estados es generar un aumento en su nivel de gastos y ojala con déficit. Esto es lo que descubrió Keynes, y lo que han venido aplicando los gobiernos, excepto los neoliberales, que más bien agravan las crisis, como lo hicieron el Banco Central y el ministro Eyzaguirre con la última crisis en Chile, quienes restringieron el gasto en vez de fomentarlo y, en lugar de inyectar dinero, lo restringieron. Prolongando una crisis que pudo ser más reducida.
La autoridad monetaria chilena ha hecho lo contrario de lo que tienen que hacer, porque los que nos dan lecciones en este caso son los norteamericanos y los europeos, que han inyectado dinero y han aumentado el gasto fiscal; sobre todo han aumentado este último en medidas que tienen que ver con el consumo directo de la gente. Es decir, le dan dinero a las personas, por decirlo de alguna manera, que lo va a gastar de inmediato y activa así la demanda.
Entonces, esos estados gastan dinero, por ejemplo, en ayudar a las familias de menores recursos, en aumentar los seguros de desempleo, en subir los salarios mínimos, es decir en todo lo que se traduce en respuestas inmediatas. Aquí en Chile, en la crisis del 98, hicieron todo lo contrario: restringieron el gasto público, bajaron los reajustes, etc. El argumento del gobierno fue decir, mire hay una crisis que se viene, por lo tanto no podemos dar un aumento. Y dieron un reajuste inferior al alza del costo de la vida que hubo el año pasado; es decir, le bajaron el sueldo a los empleados públicos. A raíz de eso, la economía se hace más vulnerable, porque lo único que la sostiene es el mayor gasto público, precisamente el mayor gasto público en remuneraciones.
La crisis, que estaba restringida a los mercados del crédito, ha llegado ya a los mercados bursátiles. En general, los mercados bursátiles han caído más o menos un 20% desde el máximo que alcanzaron en octubre pasado en todo el mundo. Esto es lo que se llama entrar en terreno de baja, de mercados a la baja.
Cuando los mercados bajan más de un 20% se considera que eso es un cambio de tendencia. Los mercados que iban subiendo comienzan a bajar. El gran cambio que ha habido en la primera semana de enero es que la conciencia de la magnitud de la crisis alcanzó a los mercados bursátiles. Se calcula que el mercado a la baja lleva ya cien días, y el promedio de los mercados a la baja de las últimas recesiones es de 240 días, es decir, todavía estamos en la mitad del camino para abajo como promedio. Estas caídas no son rectilíneas sino que bajan a saltos. Por ejemplo, hoy la bolsa está rebotando hacia arriba, pero luego lo hará hacia la baja. Pero lo importante es que la gente sepa que la tendencia ha cambiado y ahora vamos hacia abajo.
Gigantescas pérdidas de fondos de pensiones
Quizá uno de los aspectos más escandalosos e ignorados de esta crisis, es la gigantesca pérdida de los fondos de pensiones. Incluso, los “expertos” consultados por la prensa financiera se permiten aconsejar a los cotizantes que permanezcan en los mismos fondos, porque si hoy están perdiendo, mañana pueden ganar.
¿Qué opinión le merece eso?. El propio presidente del Banco Central dijo eso mismo hace unos días. Dijo algo así como que a él le gustaba el riesgo. Hasta hace unos días los fondos de pensiones han perdido 13 mil millones de dólares. Eso equivale al 13% que tenían cuando se inicio la crisis, en promedio. El fondo A, que es más riesgoso, ha perdido casi un 16%. En cambio, el fondo E, de rentas fijas y el menos riesgoso, no ha perdido si no que ha seguido ganando. Igual que el modesto fondo de cesantía, que licita el Estado y consigue que lo administren con tarifas muy bajas y de una manera muy prudente. El resultado es que los únicos fondos que no han perdido son el de cesantía y el fondo E, el único que ha ganado, y apenas tiene un 1,6% de los afiliados. O sea, el 98.4% está en los fondos está perdiendo plata.
En este caso, ¿Debieran los cotizantes cambiarse al fondo E, o seguir esperando que las autoridades tomen cartas en el problema, y entonces tengan la esperanza de una jubilación digna?.
Escrito por Ximena Teillier
La oPiñón

Comentarios

Imagen de Víctor

Me parece que tienes buena

Me parece que tienes buena intenciones al tocar este tema, sin embargo, esta materia es muy complicada entenderla para quien no maneja conceptos económicos.

Sobre el particular, solo puedo indicar que aquí no se ha perdido dinero por la baja de las acciones, lo que ocurre es que el mercado valoriza un activo a un precio menor, pero por eso nadie pierde plata. Mañana subirirán las acciones, y tampoco alguien será más rico.

Cuando el mercado valoriza algo, es lo mismo que decir que opina sobre ese algo, pero el dueño de aquello sobre lo que se opina no cambia su riqueza por la apreciación que un tercero hace de sus bienes.

Por lo dicho (en terminos muy simples), sucede que los montos citados en tu artículo son irreales, y solo existirían si las personas deciden, ante una baja en el valor de sus acciones, venderlas, pero si no lo hacen, simplemente no hay ninguna pérdida.