Sábado por la tarde, estoy en Iquique, tomando cerveza y simulando el duelo Iquique – Osorno en playstation con un hincha taurino olvidado en el norte, que amablemente me acogió en su departamento.
Domingo 25 de noviembre, 17:00 hrs., llego a la entrada del Tierra de Campeones… encontramos a los hinchas que se vinieron por tierra desde Osorno, nos reunimos todos y nos llevan a un costado de la tribuna para cuidarnos de la barra iquiqueña, de quienes ya nos habían más que recomendado arrancar.
18:00 horas y comienza el partido… a lo largo de mi vida he ido a muchos estadios, he visto una cantidad industrial de partidos, pero nunca, y me refiero a absolutamente nunca, había estado tan tranquilo esperando y viendo un partido… lo tenía claro,: el partido anterior en el Allaire de Rahue, la presencia de Emmanuel, la toma de liderato a falta de 1 fecha, todos en su conjunto evidenciaban que esta campaña sería recordada por su místico final… ni siquiera cuando al minuto de empezado el partido, el tremendo Braulio Brizuela, luego de apenas desviar el balón por el palo derecho, queda eliminado por lesión en la pierna izquierda; ni siquiera ahí dudé, ni dudábamos los que ahí estábamos, de que igual se hacía.
Y así fue, iban 6 minutos cuando el clásico Pablo Cossio agarra el rebote del tiro libre del Gato y la mete dentro: “Goooooooool”… de ahí para adelante, pura celebración… Iquique tuvo sus opciones, pero como no luchaban por nada, la tiraban para afuera; y cuando iba dentro, el gran Jaimito Caro la agarraba con sólida seguridad…
Ya cerca de las 8 de la tarde termina el partido y se desata la algarabía en el campo de juego: Jaime Caro, Fernando Fica, Marcelo Teuber, el Quiño y tantos otros se largan a llorar; los abrazos se multiplican entre los jugadores, cuerpo técnico, dirigentes, periodistas y los colados en la cancha; el Fede, Jorge Aguilar, Braulio y Kiko vueltos locos celebrando por todas partes; Cancha recibe la Copa, rápidamente se la quitan de las manos y se vino la vuelta olímpica… escribiendo esto se me vuelve a poner la piel de gallina, que bellos recuerdos, que emoción. La gente de Iquique, al menos en parte, también aplaudió de pie al plantel cuando corría alrededor de la cancha, y cuando llegaron frente a nuestra barra, uf!, increíble; Kiko y Jorge se suben a la reja, pasan la copa para que los hinchas también encaramados en la reja puedan saborear la victoria…
20:30 y la celebración parecía no acabar nunca, pero el plantel tiene que irse a camarines para tomar el champagne, empelotarse y gritar groserías a raja tablas… estoy arriba de la reja sacando fotos, van saliendo de a poco, cuando Marcos Sepúlveda aparece de vuelta frente a la barra y me pasa la Copa en mis manos! “Pásala a todos para que la toquen!”, me dice… ese momento, ese preciso momento, sirvió para pagar y dejar la tremenda propina, en forma figurada obviamente, en las cuentas de Lan por la posibilidad del viaje… las fotos van y vienen, la hinchada corre desesperada para tomar la Copa, se la devuelvo a Marcos, se la lleva a camarines y de a poco vamos saliendo del estadio para evitar problemas.
Empezamos a bajar rumbo al hotel, la idea era celebrar con los jugadores, así que pasamos a un supermercado a comprar algunas cervezas y nos encaminamos. Una media hora de espera y llega el bus con el equipo; lógicamente, venían vueltos locos arriba, a puro cántico y gritos. Acto seguido, bajan del bus y entran al hotel; saludo, felicito y agradezco por el título a la mitad del equipo, el Fede iba entrando al hotel y se da vuelta con la cara llena de risa a abrazarme; en un minuto está el equipo entero metido en la piscina, en una fiesta que duró una media hora; el Fede me hace entrar al hotel para que espere haber si sale de regalo alguna camisetita.
Rato después, los jugadores comienzan a salir de la ducha y bajan al lobby para enfilarse rumbo al Club Náutico donde sería la cena de celebración. Cuando se suben al bus, me despido de Cancha y del Fede, este me invita a celebrar, pero no puedo porque debo reunirme con los otros hinchas. Comienzo a caminar por la costanera de Iquique, y de pronto estoy perdido: no veo el mar, no sé donde estoy, estoy solo y es tarde; avanzo 2 cuadras y de repente estoy afuera de un local que dice “Club Náutico”… “no puede ser!”, exclamo en voz alta. Obviamente, el equipo no ha llegado aún, así que no me muevo de ahí para ver si la invitación era cierta. Llega el bus de Los ToRoS. Nuevamente lleno de cánticos y gritos. Van entrando y el Fede me dice que lo siga, así que, sin querer queriendo, estoy dentro de la celebración del Título de Campeón de Primera B del Club Deportivo Provincial Osorno… no lo puedo creer, a cada instante durante esa noche me cuestiono el que esté despierto: estar ahí, compartir con el equipo, tomarse unos roncitos, ver y tocar la Copa, la conversación con Verdugo, el abrazo y cántico con Braulio, ver los programas de fútbol con el Arica, ser testigo cantidad de hechos propios de la celebración… en fin, una noche realmente inolvidable.
Esa tarde de noviembre del 2007, debe haber sido una cincuentena de hinchas los que estábamos gritando en aquella cancha nortina… al final de la noche era tan solo yo el privilegiado que estaba hinchando con el equipo… pero al final de cuentas, es toda una ciudad la que se emociona con un triunfo de esos que pocas veces se viven.

Y MIENTRAS TANTO EN LA PLAZA DE OSORNO...