El peligro de que al atravesar nuestra atmósfera liberando gases tóxicos contenidos en su estanque de oxígeno, entre ellos hidracina, motivó a que el presidente George W. Bush ordene la misión de derribar un satélite espía defectuoso que hace unas semanas amenazaba con caer a la Tierra.
Fue alrededor de las 22.30 horas de ayer que la Armada de Estados Unidos efectuó el disparo que dio en el blanco, ubicado a mas de 240 kilómetros sobre la superficie terrestre, mediante el uso de un misil táctico. La operación se llevó a cabo en las cercanías de Hawai, a bordo del buque de guerra norteamericano "Lake Erie".
Según informó el Pentágono, aún no está claro si se logró reducir el estanque de combustible del "L-21", nombre con que se denomina este satélite. La información respecto al impacto sobre la fuente de gases tóxicos estará dentro de la jornada de hoy.