Opinión: La problematica de los relaves mineros en Aysén

Opinión: La problematica de los relaves mineros en Aysén

01 Mayo 2015

Los relaves mineros abandonados a sus suerte en la actualidad representan un problema de muy difícil solución, lo pudimos constatar en forma practica el daño que hacen y el peligro que representan expuestos por los grandes aluviones ocurridos en el norte. 

Andrés Gillmore >
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Chile es un país minero por excelencia, hemos fundamentado nuestro desarrollo en esta actividad, siempre hemos asociado la minera con el centro-norte del país, pero en la región de Aysén en el sur austral también se ha desarrollado, actividad que con el tiempo ha ido adquiriendo importancia y una posible perspectiva de futuro, por eso mismo no debemos cometer los mismos errores del pasado.

Según estudios realizados por japoneses en la década de los ochenta cuando pretendían arrendar Aysén, dictaminaron que el territorio tenía una gran perspectiva minera, fundamentalmente en el mineral de oro. En la actualidad están solicitadas diversas concesiones mineras en todo Aysén y se estarían iniciando los procesos legales para ir concretando las explotaciones. HidroAysén, transnacional que quiso represar los ríos Baker y Pascua, tiene a su haber concesiones mineras en el subsuelo aysenino. Energía Austral, filial chilena de la transnacional XSTRATA, que pretende intervenir los ríos Blanco y Cuervo en la falla geolica Liquiñe-Ofqui para construir una gran represa, tendría como perspectiva de negocios el desarrollo minero de la región para concretar este nefasto proyecto.

La minería tuvo su inicio en Aysén en el año 1947 al entrar en operación la mina de Puerto cristal donde básicamente se extraía plomo a orillas del lago General Carrera, mina que cerró sus operaciones en 1997 debido al agotamiento del yacimiento y hoy declarado monumento nacional. Años después en 1954 entró en operación la Mina escondida que extraía cobre y plomo en el sector de Puerto Guadal en la costa sur del lago General Carrera en la comuna de Chile-chico, emprendimiento desarrollado por capitales franceses, dejando de operar tres años después en 1957 por el bajo precio del cobre de ese entonces. En 1984 reabrió, cerrándose dos años después por el alto costo de producción ante una pésima administración.

En la actualidad tenemos dos emprendimientos mineros operando en Aysén; la Mina El Toqui que opera a plena producción en Alto Mañihuales desde 1983 en el centro de la región de propiedad de la familia Walker, que ha venido contaminando el área circundante con su pozo relave desde hace décadas, poniendo en riesgo la vida de los pobladores y los animales del sector, vertiendo los relaves tóxicos en los ríos Toqui y San Antonio, constatado por la Superintendencia del Medio Ambiente en los años 2013 y 2014.

El otro emprendimiento minero de Aysén está en la costa del lago General Carrera, desarrollado por la minera Cerro Bayo en el sector de Fachinal, comuna de Chile-chico, que extrae oro de esas montañas, que ha venido utilizando con desparpajo como pozo de relave la laguna verde de gran belleza natural y escénica; laguna salubre que antes de ser intervenida era de gran belleza y en ella habitaban de primavera a otoño avutardas, caiquenes, patos picazo y visitada por flamencos rosados provenientes desde la argentina.

Todos los emprendimientos mineros tanto los históricos como los actuales tienen un denominador común, entraron en operación sin evaluar y considerar como corresponde su relación con el medio ambiente en lo que se refiere a sus pozos de relave. Tanto es así que la Universidad Austral de Chile (UACH) sede Aysén, ha desarrollado un proyecto de importancia vital para descontaminar el relave minero dejado en la Mina de Puerto Cristal; relave que por lo demás  ha venido contaminando las aguas del gran lago General Carrera desde ese entonces.

El aporte de este proyecto es de relevancia y fundamental, porque permitiría establecer estrategias a nivel regional y nacional para identificar, descontaminar y posteriormente hacer una re-utilización productiva de los relaves abandonados a través de los biorremediadores y descontaminar de esa manera los relaves, para mejorar las condiciones ambientales dejada por la antigua minería y hacer que la nueva minería en plena producción respete el medio ambiente y las comunidades que viven en los alrededores.

La naturaleza produce cambios sin que la intervención humana sea una exigencia, los ecosistemas no son estáticos como muchos piensan y el desarrollo no es una exigencia de rigidez, poniendo la naturaleza por encima del ser humano; la idea que nos debe guiar es reconocer los límites que debemos respetar ante las posibles alteraciones que producimos en el medio ambiente, sin perder la capacidad de autorregular los ecosistemas.

Los relaves mineros abandonados a sus suerte en la actualidad representan un problema de muy difícil solución, lo pudimos constatar en forma practica el daño que hacen y el peligro que representan expuestos por los grandes aluviones ocurridos en el norte chico hace pocas semanas a tras; realidad denunciada por muchos y omitida por todas las autoridades pertinentes, jaqueando el desarrollo de las comunidades y la salud de estas.

En los países desarrollados el riesgo político que constituyen las malas prácticas mineras hacen que los interesados piensen una docena de veces ante de aventurarse a no hacer las cosas bien, ante las estratosféricas multas a la que se ven expuestos y que en muchos de los casos se paga con cárcel efectiva para los responsables de las decisiones. Abrir en la actualidad una explotación minera en EEUU, Canadá o Rusia, países mineros como Chile, es complicado debido a las condicionantes ambientales, al entenderse que si no se trabaja sustentablemente no es posible proyectar el futuro en este rubro y ser sustentables como país.

La sustentabilidad debe ser la base de cualquier proceso productivo especialmente en la gran y mediana minería; a pesar que tenemos conciencia ideológica en el discurso oficial que así debe de ser, cuesta concretar a la hora de definir los modelos para activar y desactivar una faena que guarde esos principios tan elementales, principalmente debido a la presión de las mismas empresas extranjeras que quieren hacer en Chile lo que no pueden hacer en sus países de origen y se valen de políticos corruptos para lograr esos objetivos en el congreso, haciendo que las leyes y las fiscalizaciones hagan la vista gorda ante las irregularidades que se cometen, para hacer aún más rentables los emprendimientos. Las políticas mineras son responsabilidades netamente gubernamentales, no de las mineras que las pretenden, que solo se atienen a las exigencias propias de cada país, por eso ha causado tanta conmoción pública constatar la intervención del congreso por estos intereses.

Cuando metales como cadmio, mercurio, plomo y metaloides como el antimonio y el arsénico comunes en depósitos metálicos, son absorbidos por organismos vivos representan un serio condicionante. El cianuro utilizado para la recuperación del oro en las plantas de procesamiento (Cerro Bayo en Aysén en laguna verde) es un producto altamente complejo usado porque se descompone bajo los rayos ultravioleta en las capas superficiales si se trabaja de acuerdo con protocolos debidamente fiscalizados y profesionales. En países desarrollados la legislación obliga para hacer uso del cianuro para estos fines, a tener plantas de neutralización para la recuperación de los elementos tóxicos que produce el cianuro, de ahí la alta complejidad en su utilización.

Las aguas ácidas producidas por la oxidación de los minerales sulfurados al contacto con el aire, agua y bacterias, asociadas a la mineralización hidrotermal de los deshechos mineros en los relaves, producen ácido sulfúrico y óxidos de hierro letales para la vida humana y animal. La generación de aguas ácidas durante la exploración, operación y en el cierre mismo de una mina, provenientes de los desagüe de las minas,  tranques de relaves y de los desmontes de faena, producen la decoloración de los suelos por los drenajes con la precipitación de óxidos de Fe, produciendo alta toxicidad en los ríos, tierras de cultivo y los lagos en las inmediaciones de la faenas de explotación.

No hay duda que la minería es un rubro importante para Chile, pero también es importante hacer las cosas bien, respetando el medio ambiente y las comunidades, si queremos de verdad una perspectiva de futuro con sustentabilidad para las regiones y eso pasa necesariamente por tener una adecuada fiscalización minera y parlamentarios honrados y al día de hoy no tenemos ni una cosa ni la otra.