Mató a su hijo autista y ciego de una forma brutal y le dijo: "Deja que Dios te lleve"

Mató a su hijo autista y ciego de una forma brutal y le dijo: "Deja que Dios te lleve"

07 Septiembre 2016

"Estaba como una loca endemoniada", contó. "No recuerdo por qué estaba así, sólo que estaba como una loca… endemoniada", dijo. Arriesga hasta 50 años de cárcel.

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Una madre de Missouri, en Estados Unidos, le dio una brutal muerte a su hijo autista de 19 años que además era ciego de ambos ojos.

La mujer llamada Kimberly Lightwine fue encontrada tendida boca abajo y solo con ropa interior en el césped a un metro de su vehículo Ford Expedition el pasado 29 de agosto. A tres metros de ella yacía acostado su hijo ya muerto. Tenía un pañal que parecía repleto. 

Según consigna Infobae, Lightwine pidió agua, y luego comenzó a gritar que "ella y Dios habían traido a su bebé a este mundo y que debía ayudar a Dios a llevárselo", de acuerdo con una declaración hecha pública por el diario Bolivar Herald-Free Press.

Luego de que el oficial Billy Simpson le diera agua a Lightwine y le preguntara si se sentía mejor, respondió de manera sucinta: "Billy, maté a mi hijo. Billy, maté a mi hijo".

El sábado, Lightwine fue imputada por homicidio en segundo grado y abuso en segundo grado. De acuerdo a los registros de la investigación, Austin Anderson murió por deshidratación y falta de su medicamento luego de permanecer en un campo del condado de Polk, en Missouri, por un tiempo no determinado.

Austin necesitaba tratos especiales. Su padre, no identificado, le contó a la Policía que su hijo necesitaba hidrocortisona. Sin ella, caería en coma y moriría.

La autopsia reveló que tenía una glándula suprarrenal colapsada y otra arrugada. Esas glándulas producen y liberan a las hormonas cortisol y aldosterona, lo que ayuda a manejar los niveles de azúcar en sangre y el balance de agua y sal en el cuerpo.

Su cuerpo no producía esas hormonas, de acuerdo con el coronel Keith Norton, motivo por el cual la hidrocortisona era necesaria para mantener aAnderson con vida.

Además, Austin tampoco podía alimentarse a sí mismo, cambiarse sus propios pañales, tomar la medicación o mantener una conversación completa. Tenía las habilidaddes cognitivas de un niño de cuarto o quinto grado, de acuerdo con su padre. Era totalmente dependiente de ayuda externa. Sobre todo sus padres.

Lightwine le dijo a la policía que antes de conducir a su hijo hacia ese campo, tomó metanfetaminas. Su registro de los enventos de aquel día se mostró irregular, pero recordaba haberse puesto como una furia.

"Estaba como una loca endemoniada", contó. "No recuerdo por qué estaba así, sólo que estaba como una loca… endemoniada", añadió.

Los recuerdos de los hechos que explicó a la policía eran flashes sin sentido en varias ocasiones. En un momento, le relató a la policía que había subido a su vehículo y comenzado a decir obscenidades. En otro tramo, dijo que "arrastró a Austin a través de los alambres de púa, tratando de ponerlo a salvo".

Le dijo a los investigadores que no estaba segura cuándo había conducido al interior del campo, o cuánto tiempo habían estado allí hasta que fueron descubiertos.

Pero sí recordó haberse detenido y dicho a su hijo -a quien se refería como "el niño de mami"-: "Austin, sal del vehículo y busca ayuda. Pon las manos frente a ti por ayuda, y Dios se ocupará de ti". Ambos estuvieron en el césped por algún tiempo, varios días según sus cálculos.

El gerente del Motel Country Inn -donde los dos estuvieron y en el cual la policía halló una botella parcialmente llena de hidrocortisona y evidencia de metanfetamina-, declaró ante los detectives que la última vez que la vio fue el 27 de agosto, dos días antes de que fueran encontrados.

El sol del verano golpeaba implacable en el campo, pero ninguno de los dos tenía agua, comida o medicamento. Nada.

Todo lo que quería Austin era arroparse en los brazos de su madre e irse a casa. Pero ella no lo dejaría. "Mi bebé se acalaroba cada vez más y trataba de acercarse queriendo a su mami, pero sabía que eso no era bueno", dijo Lightwine.

Cada intento, lo empujaría, apartando al adolescente lejos de ella y diciendo: "No, tú no quieres amarme. Por favor deja que Dios te lleve". Él protestaba, rogaba volver a su casa. "Se mantuvo diciendo: 'quiero ir a casa, mami. Quiero ir a casa'", relató la mujer a la policía. No cedió. Sólo esperó.

ARRIESGA HASTA 50 AÑOS DE CÁRCEL

El padre del niño le informó a la policía que Lightwine tenía un pésimo temperamento, en particular con el niño. Recordó un hecho en el cual Austingolpeó accidentalmente en la cabeza de su madre, cuando ella intentaba ponerlo en su cama. La mujer tomó de los brazos al pequeño y comenzó a sacudirlo, gritarle y maldecirlo en su cara.

Lightwine dijo no saber por qué había asesinado a su hijo. "No sé por qué lo hice. Estaba muy drogada y deprimida, y lo maté", confesó de acuerdo a los registros oficiales. "Me quedé pensando en que Dios lo liberaría de todo el dolor y la miseria". Cuando la policía le preguntó por qué quiso que eso pasara, respondió: "Porque soy una madre mala y destructiva".

"Es mi culpa, y debería imputarme por homicidio ahora mismo por la muerte de mi hijo, y no estoy bromeando. Debería acusarme. Debería acusarme por asesinato", le pidió a las autoridades. "Ese chico no estaría muerto ahora si no fuera por mí".

Actualmente, Lightwine está en un hospital en Springfield y su fianza es de 250 mil dólares. Enfrenta entre 10 y 30 años de prisión por asesinato, más 20 por abuso. Cuando los médicos la autoricen para salir de allí, será encerrada.