El papel de la solidaridad en las instituciones de voluntariado

El papel de la solidaridad en las instituciones de voluntariado

01 Octubre 2013

La solidaridad juega un papel fundamental en la nuestra sociedad, la cual puede ser manifestada generelmente por instituciones voluntarias, donde Chile se destaca por tener un alto nivel de participación.

Guido Asencio >
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La participación de las personas en cualquier institución seria, contempla la adopción de requisitos fundamentales
que constituyen la aceptación de aspectos fundacionales, que buscan afianzar la vinculación sellando formalmente su sentido de pertenencia, el cual es esencialmente de carácter voluntario.  Es así como quien participa en éste tipo de instituciones, busca materializar su deseo de aportar, ayudar o colaborar con su trabajo en la construcción de la
sociedad, por intermedio de la manifestación de sus principios, donde resulta relevante tomar conciencia de su sentido de solidaridad, la cual es definida en el RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española) como “la adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros”.

Sin embargo, esta definición formal, a mi parecer, presenta grandes limitaciones, debido a que  considera relevante el carácter de circunstancial, pero si queremos concebir la solidaridad como una forma de vida, es necesario contemplarla como un valor permanente.  Esto es fundamental para garantizar un horizonte de trabajo a más largo plazo, pues justamente el concepto de que se es voluntario solamente de manera temporal (un ejemplo pueden ser las instituciones como: voluntariados universitarios o comunitarios), tiende a banalizar, en cierto sentido la labor del voluntario.   En tanto, se debe abogar para que los voluntariados amplíen sus horizontes a una tarea más permanente en el tiempo, como ocurre con instituciones como las fundaciones y los bomberos en nuestro país, que busquen un sentido de trascendencia en las
acciones que están dispuestos a perpetrar. 

Reformulando el planteamiento anterior, considero a la solidaridad como la actitud que debe tener una persona frente a los problemas de otra o un conjunto de otras, con una genuina disponibilidad de  ayudar, teniendo una actitud de estar dispuestos a involucrarse activamente en la cuestión social y aportar con sus habilidades y experiencias.  Esto tiene cuerpo con la evidencia empírica que presenta nuestro país, donde existe una cantidad importante de personas que trabajan en el sector sin fines de lucro, constituyendo un dato relevante a la hora de evaluar la predisposición que tienen los chilenos en la búsqueda de construir un país más solidario, inclusivo y socialmente responsable.

En el año 2004 se realizó un “Estudio comparativo del sector sin fines de lucro”, el cual señala que Chile es el país con mayor participación del voluntariado en Latinoamérica, lo cual nos deja en un buen sitial, inclusive por sobre los países desarrollados.  Sin duda, esto radica en que también se contabiliza la participación de los bomberos que, dicho sea de paso, desde hace ya un tiempo vienen destacándose como la Institución mejor valorada por la ciudadanía, ratificado éste año con la encuesta del Centro de Estudios Públicos  (CEP).

También es necesario reconocer que la solidaridad se enmarca dentro de un principio que va más allá del hecho de que existan lazos de consanguinidad, por ello es posible dilucidar que la solidaridad está estrechamente relacionada con un carácter filantrópico permanente, adoptando esta opción de ayuda como una decisión que repercute en la forma de
vida de un voluntario.

Dicha opción de vida debe ser trabajada para lograr que sea realmente sincera, lo que implica ciertamente la abstención de nuestros sentidos de carácter individualistas, contrarios a cualquier acto que abogue por ayudar al otro, buscando  consecuencia y perseverancia en las acciones que estamos dispuestos a realizar cada día en pos de la solidaridad. 

Si analizamos la solidaridad desde el punto de vista de la forma de vincular a una persona o institución con otra, es posible
evidenciar claramente que la mayoría de las obras humanas se encuentran basadas en relacionar las diferentes personas o instituciones, fijándose uno o varios objetivos, ya sea de trabajo, de estudio, de convivencia, de reciprocidad, de
vida, etc.  Esos vínculos, se centran en una lógica de solidaridad llevando consigo un carácter de fraternidad, que
básicamente se puede interpretar como el aporte que pueden hacer varias posturas unidas para abordar uno o varios problemas en el cual todos tenemos la posibilidad de ser partícipes.

Dentro de las premisas de la solidaridad, es posible darle cabida al aspecto intelectual, que implica el hecho de que es posible ser solidario con las ideas que promuevan el bien, la verdad y la virtud, buscando justicia y dignidad e todos los actos que están dispuestos a intervenir, estimulando la reflexión en base a preguntas, que guíen posibles respuestas, que si bien es cierto pueden estar dadas para dar luces en forma literal, resulta siempre conveniente encontrarle sentido a lo que estamos dispuestos a entregar en cuanto a conocimientos y habilidades que podamos tener como para transmitir a
otros.

Como podemos apreciar, la solidaridad nos hace reflexionar en la forma que abordamos la vida, pues constituye un valor importante, que debemos aprender a cultivar, utilizando como medio de instrumentalización a las organizaciones de voluntariado, pero sin dejar de lado, que existe un desafío permanente hacia la sociedad civil, que se traduce en mejorar el impacto del trabajo voluntario con la profesionalización y compromiso de este tipo de instituciones, como lo ha
venido haciendo bomberos de Chile, tomando conciencia de que ser voluntario es una responsabilidad, y no solamente un pasa tiempo.

Finalmente es necesario comprender que, nuestras aspiraciones humanas no pueden conseguirse sin la cooperación
y el esfuerzo de otros, pues el tan solo hecho de buscar incansablemente la verdad y la virtud requiere de la existencia de todos quienes nos rodean, apreciando la labor del voluntariado como un ente que debe desarrollar herramientas que les permitan hacer llegar su trabajo a la sociedad civil, potenciando sus habilidades y manteniendo activa su motivación por ayudar a otros siendo solidarios por acción y convicción.