El año 1977 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, proclamó el 8 de marzo como el Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. En este contexto, se recuerda la tragedia acaecida en marzo de 1911, donde más de 140 jóvenes mujeres, la mayoría de ellas inmigrantes, quienes luchaban por mejorar sus condiciones laborales, murieron producto del incendio en la fábrica en que trabajaban en Nueva York.Este repudiable hecho provocó cambios en la legislación laboral de Estados Unidos y de ahí que este día simbolicela lucha de la mujer por su participación, inclusión, desarrollo e igualdad de género en la sociedad.

Esta conmemoración necesariamente nos hace reflexionar sobre los múltiples roles que ha desempeñado la mujer a lo largo de la historia, siendo protagonista de grandes cambios en la sociedad, lo que ha permitido un sostenido y sólido empoderamiento de su género. El creciente aumento en  la incorporación de la mujer al mundo laboral, político y gremial, sumados a los clásicos roles de madre, pareja, cuidadora y labores de hogar, dejan entrever grandes inquietudes y nos plantean desafíos que como sociedad es imperativo enfrentar.

En este sentido se deben hacer mayores esfuerzos para eliminar y /o disminuir los actos de violencia contra la mujer. Un estudio de la Organización Mundial de la Salud realizado el año 2013 señala que una de cada tres mujeres y niñas ha sufrido algún tipo de violencia física y/o sexual a lo largo de su vida. Hay que superar tanto las bajas tasas de participación laboral femenina - donde Chile, respecto a otro países con igual nivel de desarrollo, presenta una de las más bajas con sólo un 43.5% -  como la brecha salarial de cerca de un 30% entre hombres y mujeres que desempeñan una misma función y un mismo cargo. Asimismo, según estadísticas nacionales un 36% de las mujeres que hoy están inactivas declaran que lo están por razones familiares permanentes, tales como el cuidado de los hijos, los quehaceres del hogar, el cuidado del enfermo y del adulto mayor de la familia, lo que corresponde a cerca de 1.500.000 mujeres chilenas.

Si bien es cierto se han logrado importantes avances en materias legislativas, aún restan tareas pendientes, donde nuestro compromiso y esfuerzo deben estar orientados hacia la búsqueda y logro real de la igualdad de oportunidades y de una mayor participación y reconocimiento de la mujer, respetando su género.

Andrea Rodríguez

Directora y docente Obstetricia, Universidad San Sebastián