Caballo de batalla progresista: Petróleo

Caballo de batalla progresista: Petróleo

22 Octubre 2019
Especial >
authenticated user Editor

De acuerdo con un informe de The Economist [TE], las gestiones progresistas de izquierda –históricamente- tienen un entusiasmo particular por las industrias extractivas: sobre todo, las petrogasíferas.

Según la publicación a Andrés López Obrador [AMLO] –presidente de México- un político y escritor de 65 años, se suman en su obsesión petrolífera Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil [presidente por el período 2003 a 2011]; Rafael Correa en Ecuador [2007 a 2017] y Ollanta Humala Tasso del Perú [2011 a 2016]. Huelga decir la Venezuela de Hugo Chávez y –actualmente- Nicolás Maduro.

Todos con un común denominador según TE: fueron gestiones de izquierda; no obstante los cambios de giro o la moderación de tono progresista como es el caso de Humala en el Perú.

“En tanto Jair Bolsonaro –presidente de extrema derecha en Brasil- reclama que el activismo medioambiental es una suerte de complot, presidentes de la región izquierdistas son entusiastas de la actividad petrolera y en la construcción de refinerías”, dice TE.

“En Brasil, Lula Da Silva ordenó a PETROBRAS [la estatal mixta petrolera] construir una refinería; En Ecuador, Rafael Correa condujo un proyecto de US$ 2.200 millones para la modernizar una refinería; en el Perú, Ollanta Humala dejó el gobierno con un proyecto de US$ 3.500 millones para el overhauling de la refinería de Talara”, añade.

El petróleo en la agenda mexicana

Para el medio británico, la industria petrogasífera siempre ha registrado atractivo para los políticos de izquierda por su carácter histórico nacional y reivindicativo de las clases trabajadoras y obreras.

A lo largo del siglo XX gobiernos de izquierda han tomado los emprendimientos petroleros bajo la bandera de una reivindicación nacional frente a poderes “imperialistas extractivos”, tal como se hizo en el Perú de los años 60 cuando una dictadura militar de un –extraño- sesgo socialista nacionalizó empresas petroleras y de refinado de los Estados Unidos arrebatándoselas a estas para cederlas a los trabajadores.

Se trató del gobierno “revolucionario de las fuerzas armadas” del general Juan Velasco [1968 a 1975], quien no sólo expropió -9 de octubre de 1968- a empresas como la International Petroleum Company del clan Rockefeller sino que usó el gesto como bandera ideológica y legitimización popular. 

Según TE la “ideología” nacionalista y nativista explica este entusiasmo.

Para Lorenzo Meyer, historiador mexicano, “el petróleo es fundamental porque se trata de un símbolo nacional de México”. 

AMLO tomó como “suyo” a decir del medio inglés el proyecto de Dos Bocas, una súper refinería con un costo de US$ 8.000 millones, y que viene generando más animosidad que aceptación.

“En privado fuentes cercanas a AMLO admiten preocupación”, indica el medio.

Según David Shields, consultor en energía y desde Ciudad de México explica que Dos Bocas no tiene sentido.

“El país no tiene problema en importar gasolina de refinerías de los Estados Unidos ubicadas en el Golfo”, dice; y agrega que el dinero de Dos Bocas bien podría ser usado en proyectos de energía limpia convocando a compañías que sepan “cómo hacerlos”.

El dato. Descarga desde AQUÍ la aplicación de iFOREX noticias.