Borracheras express o Binge Drinking: Chile es uno de los países que advierte preocupantes cifras en jóvenes

Borracheras express o Binge Drinking: Chile es uno de los países que advierte preocupantes cifras en jóvenes

15 Mayo 2015

Aproximadamente un tercio de los adultos chilenos se encontraría en riesgo de desarrollar algún tipo de daño crónico por alcohol, cifra que sube a 75% en la población que bebió alcohol en la última semana.

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A raíz de los últimos resultados del Informe sobre consumo riesgoso de alcohol entregado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que revela que si bien en la década de los ’90 hasta el año 2012 el consumo de alcohol se redujo en un 2,5%, en el último decenio el aumento en menores de 15 años que beben ha sido progresivo.

“Es así como se revela que los chicos por debajo de esa edad que se habían emborrachado, subieron del 30 % en 2000 al 43 % en 2010 y las chicas del 26 % al 41 %. En esa misma línea, se ha constatado en los últimos años que hay un aumento en la proporción de jóvenes (sobre todo mujeres) que alcanzan niveles de consumo considerados peligrosos (140 gramos de alcohol puro a la semana para las mujeres o 210 para los hombres) o que beben mucho con carácter esporádico (5 a 8 bebidas en una sesión)” (Fuente: emol.com/ Agencia AFP).

Las borracheras express o “binge drinking” es decir, la absorción rápida de grandes cantidades de alcohol está aumentando en los jóvenes occidentales lo que se ha convertido en un “fenómeno preocupante” según el informe de la OCDE publicado esta semana. El estudio titulado “Luchar contra la utilización nociva de alcohol” ha descrito los niveles de “consumo peligroso” de alcohol y de “sobrealcoholización episódica” entre los jóvenes, en donde en particular en las mujeres ha aumentado.

En Chile, académicos del Departamento de Salud Pública de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Paula Margozzini y Jaime Sapag, ya había advertido de esta situación en un paper de temas de agenda pública publicado por el Centro de Políticas Públicas UC en enero de este año que se llamó “El consumo riesgoso de alcohol en Chile: tareas pendientes y oportunidades para las políticas públicas”. Allí se evidenció que esta es una temática compleja, en que se conjugan diversos factores bio-psico-sociales y que en nuestro país develan una situación no menor. Se estima que alrededor del 10% de las muertes nacionales pueden ser atribuibles al consumo de alcohol.

“La Encuesta Nacional de Salud 2010 permite estimar aspectos del problema relativo al alcohol previamente desconocidos, como por ejemplo, la cantidad de chilenos expuestos a niveles menores de alcohol, pero que también presentan un riesgo aumentado de desarrollar cientos de enfermedades crónicas. Aproximadamente un tercio de los adultos chilenos se encontraría en riesgo de desarrollar algún tipo de daño crónico por alcohol, cifra que sube a 75% en la población que bebió alcohol en la última semana, Por otra parte, el consumo de más de 60 g. en el hombre o más de 40 g. en la mujer, llamado bebedor excesivo episódico o binge, se puede estimar en 12% global, cifra que sube a 33% en la población que bebió alcohol en la última semana”, describió el informe.

Para la Dra. Paula Margozzini, llama la atención que nuestro país aparece con consumo por ventas en informe OCDE menor al promedio, “ese indicador no está ajustado por los días de consumo ya que de lo contrario apareceríamos en primer lugar al lado de Francia y Europa del Este”, comentó.

Además sostiene que en jóvenes y adultos en Chile la prevalencia de binge es muy alta, y esto por lo general tiene que ver con el precio de venta como tema central, pero también con la disponibilidad física, las promociones, la publicidad y los bajos impuestos. “Además debemos aprender de otras experiencias vividas en nuestro país como la del tabaco, debe considerarse un perfeccionamiento del sistema de vigilancia, mayores recursos sanitarios destinados a la detección y tratamiento de dependencia a alcohol, la búsqueda de una acción comunitaria integral y coordinada, la formación de recursos humanos capaz de dar conserjería breve y aportar al tratamiento de adicciones, hacer una sensibilización social y fiscalizar”, concluye la experta.