Opinión: Reflexiones históricas a tres años del Movimiento Social en Aysén

Opinión: Reflexiones históricas a tres años del Movimiento Social en Aysén

09 Febrero 2015

Lo que se tiene claro con una perspectiva histórica y con proyección de país es que se hizo un aporte sustancial que dio inicio a un proceso de cambio estructural a nivel nacional, para que se tomara consciencia en regiones de la gran desigualdad. 

Andrés Gillmore >
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Desde Aysén la perspectiva histórica de lo que realmente sucedió con el Movimiento Social por Aysén (MSPA) no es muy positiva en términos prácticos. Los recuerdos que quedaron a decir verdad no fueron muy buenos, como suele suceder cuando se pierde una batalla que tuvo un alto costo social. Pero en este caso específico el problema no fue tanto no tener resultados, si no como se dieron los acontecimientos y las traiciones que se sucedieron para destruirlo. Lo que si se tiene claro con una perspectiva histórica y con proyección de país, si queremos ver el vaso medio lleno, es que se hizo un aporte sustancial que dio inicio a un proceso de cambio estructural a nivel nacional, para que se tomara consciencia en regiones de la gran desigualdad con que se habían venido administrando las regiones extremas en temas de desarrollo; asumiéndose que en Chile existen regiones desechables y Aysén indudablemente era una de ellas.

Sin miedo y con conocimiento de causa puedo decir sin poner ni sacar, que fueron tantas las traiciones, los malos manejos y los intereses creados que se activaron para desmantelar el MSPA ante lo que significaba en forma práctica que se concretaran sus objetivos y el posible ejemplo que entregaría a las otras regiones extremas en un Chile extremadamente convulsionado como indudablemente lo fue durante el gobierno de Sebastián Piñera, que se ha optado por no escarbar una verdad que hoy es incómoda para muchos y que devela cómo la política y los intereses creados se encargaron de destruirlo.

El MSPA tenía como objetivo principal ir en contra de la Ley de Pesca, que en ese entonces quería implantar el gobierno. Los pescadores artesanales de Aysén entendían perfectamente (lo que hoy es un hecho) que la ley destruiría el mar al privatizarlo y los transformaría a ellos mismos en mano de obra barata para los industriales pesqueros y salmoneros. Tenían muy claro que Pablo Longueira había sido nombrado ministro de economía con el objetivo de concretar la Ley, sin importar los métodos y el costo social que traería para miles de chilenos que por generaciones vivían de la pesca artesanal; por eso mismo la bautizaron como la “ley Longueira”.

Las otras organizaciones que se hicieron parte del MSPA, se unieron por invitación de los pescadores, para aprovechar estratégicamente el envión, pero el objetivo primario era no dejar que se concretara la Ley de Pesca y el MSPA era de los pescadores. Por esa razón los voceros eran Iván Fuentes y Misael Ruiz, que venían del mundo de la pesca artesanal.

La estrategia para desmantelar los objetivos del MSPA fue llevada a cabo muy estratégicamente por el gobierno, con la ayuda de los mismos políticos que decían apoyar el Movimiento, que de una u otra manera tenían intereses creados en que la ley de pesca se concretara. El senador Walker (DC) tenía y tiene importantes relaciones comerciales con la pesca industrial y los salmoneros y con gente de su mismo partido como los Zaldívar, que son dueños de Pesca Chile y claramente la ley los beneficiaba. El senador Antonio Horvath (RN) en ese entonces, se debía a la Alianza por Chile y se veía más que obligado a seguir los lineamientos que le imponía el gobierno de la Alianza, aunque fuera un díscolo por el tema de HidroAysén, por eso mismo tenía que ser consistente con la ley de Pesca si no se le complicaba mucho el escenario interno en RN; además como presidente de la comisión de Pesca del senado no podía rehuir el bulto.

El gobierno en un poco más de un mes de complicadas negociaciones no llegaba a nada y se vieron totalmente ultrapasados, tanto fue así, que les había costado la salida del Ministro Álvarez, que como magallánico era más condescendiente con Aysén y eso no le gusto a la Moneda. Mientras más represión imponía el gobierno peor le iba. La única solución viable para el gobierno y no había que ser muy sabio para entenderlo, era sacar a como dé lugar a la mesa social y los voceros de su hábitat natural la región, donde eran insuperables; estaba claro que con más privacidad y fuera de su escenario, había mejores oportunidades para el gobierno de manipularlos y descubrir sus debilidades.

El problema era como hacerlo y la gran duda era cómo reaccionaría el vocero Iván Fuentes, que era de izquierda y no pertenecía a ningún partido político, pero estaba claro que en él había que poner las fichas si el gobierno quería lograr algo. Misael Ruiz el otro vocero era de gobierno y miembro de RN, era el enlace del senador Horvath en Puerto Aysén, con él no había problema. Por medio del senador Walker llegó la solución, ofreciéndole a Fuentes un cupo independiente en la DC para diputado, bajo condición que se alineara con la ley de Pesca.

El senador Horvath comprendió que no era el momento de atornillar al revés en su partido y llegó con la propuesta que lo mejor “para todos” era que la mesa social y los voceros fueran a la Moneda a negociar. Gano la presión de los senadores con el discurso que era la única solución y deciden ir a la Moneda sin consultar las bases como correspondía. Los senadores y los voceros sabían perfectamente que la moción no sería aprobada bajo ningún supuesto por las bases en Puerto Aysén que luchaban contra las F.F.E.E.  A la mañana siguiente cuando aterrizaron en Santiago y eran vitoreados como héroes por la Alameda y entraban triunfalmente a la Moneda, Iván Fuentes y Misael Ruiz ya no eran voceros de los pescadores artesanales; las bases en Puerto Aysén al enterarse del viaje a escondidas y sin el consentimiento se retiraron inmediatamente del MSPA. El gobierno había logrado su objetivo.

Los voceros al llegar a Aysén y ser considerados héroes ayseninos a nivel nacional, no respondieron más el teléfono a las organizaciones sociales. Desaparecieron del mapa regional y entraron de lleno en el mundo de la política, sobre todo Iván Fuentes, que recorría Chile dando charlas organizadas por los senadores Walker y Horvath, para posicionarlo a nivel nacional y que estuviera lo menos posible en Aysén por todo lo que ello implicaba.

Tanto fue así que las organizaciones intuyendo lo que estaba sucediendo, le pidieron a Iván Fuentes que compartiera la vocería, para refrescar el ambiente y porque no decirlo, para ponerlo a prueba y lógicamente se negó rotundamente. Organizaciones como la ANEF y la Coordinadora regional anti represas de Aysén, que representaba a 50 organizaciones de norte a sur de la región, que fue la base de sustentación estratégica del MSPA desde La Junta a Villa O’Higgins, inmediatamente se retiraron en forma oficial; pero ninguna organización se atrevió a decir lo que sucedía en verdad, era una realidad tan terrible de aceptar y como no teníamos pruebas claras para denunciar, se opto por callar las verdaderas razones.

Cuando meses después se concretó la ley de pesca con el apoyo público e incondicional de los voceros Fuentes y Ruiz, del senador Walker (DC), del diputado David Sandoval Plaza (UDI) y que el senador Antonio Horvath (RN), presidente de la comisión de pesca del senado inexplicablemente se había abstenido de votar en tan importante circunstancia, develaban contundentemente la estrategia aplicada.

Más tarde se concretó la candidatura a diputado de Iván fuentes por la DC de Aysén y la  manipulación que tuvo que hacer el senador Walker para imponer a Fuentes entre sus propias huestes, fue la prueba final e indesmentible de lo que había sucedido y como los falsos profetas nuevamente se habían salido con la suya.

Muchos me han preguntado cómo a pesar de todo y de todos, Iván Fuentes fue elegido diputado por Aysén y la explicación no es complicada. Los que votaron por él son más que nada los empleados de la industria pesquera y los salmoneros de Puerto Aysén, incentivados como siempre por los patrones, que ven en el hoy diputado una estupenda representación de sus intereses en el congreso; tanto fue así, que el recién elegido diputado ya tiene a su haber como depósitos reservados a su campaña, la no despreciable suma de 58 millones de pesos.

En Aysén solo voto el 39 % de la población, como protesta ante la manipulación política por lo intereses creados en la región. Los que votaron son más que nada gente de partido y no podemos poner en duda, que hoy Aysén lo maneja y lo administra la DC.