Opinión: Nueva plataforma para la centroderecha

Opinión: Nueva plataforma para la centroderecha

23 Marzo 2015

Al final la disyuntiva es clara: Seguir igual o cambiar. Ya lo advirtió el propio Einstein: “No se puede obtener resultados distintos haciendo lo mismo”.

Andrés Allamand... >
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Poco a poco ha empezado a generalizarse un diagnóstico en la centroderecha: Hay que renovar el mensaje, construir una nueva plataforma organizativa y generar una forma de oposición más eficaz.

Hasta hace unos meses para muchos no había claridad en esos tres aspectos. Algunos afirmaban con simpleza que bastaba con retomar las “ideas de siempre”, insistir en las formas tradicionales de alianza política y esperar a que la opinión pública le diera la espalda al gobierno.

Lo de las “ideas de siempre” no se sostiene. Es más que claro que la centroderecha debe articular un mensaje que se haga cargo en mejor forma de los problemas que hoy cruzan a la sociedad. Es evidente que la forma tradicional de alianza no camina. Y es claro como el agua que el rechazo al gobierno no deviene en automático respaldo a la oposición. Sobre esto último, un dato que no debiera pasarse por alto: Desde Septiembre del año pasado el actual gobierno tiene más reprobación que apoyo. A contar del caso Dávalos, la popularidad del gobierno se desplomó ya que se afectó su principal capital político: la imagen y credibilidad de la Presidente Bachelet. Pero ello no ha beneficiado en nada a la oposición.

¿Cómo abordar esos tres desafíos? Una forma es la tradicional respuesta “gerencial” y vertical de la centroderecha: Imponer una respuesta desde los dirigentes. La otra es gatillar un proceso de “abajo hacia arriba”, abrirse a una reflexión horizontal, abierta a los que hoy se sienten representados por los partidos pero sobre todo a nuevos dirigentes y personas con voluntad de participar. Dicho en simple: Apostar a un proceso deliberativo, abrirse con humildad a escuchar, tener la mente abierta para recoger los aportes.

¿Qué más se requiere? Que los actuales partidos no perciban el proceso como una amenaza sino como una oportunidad para recuperar confianza y reconectarse con la ciudadanía y que todos miren hacia adelante.

Al final la disyuntiva es clara: Seguir igual o cambiar. Ya lo advirtió el propio Einstein: “No se puede obtener resultados distintos haciendo lo mismo”.