La clase política de nuestro país no ha tenido una actitud uniforme en esta materia. Mientras algunos partidos como la UDI han protegido descaradamente a sus autoridades investigadas por la justicia otros partidos han tenido la sensatez de suspenderles su militancia hasta que se aclaren los hechos. Mientras algunos pretenden dar discursos de probidad y transparencia sin que sus actos así lo demuestren, otros han actuado con la cautela necesaria que permita otorgarle al país lo que este hoy exige.

Soy de los que creo que no hay transparencia si los partidos no generan sanciones ejemplificadoras a quienes han traicionado la fe pública y por ello independiente de no compartir muchos de los principios y valores de los senadores Rossi y Moreira, no puedo dejar de reconocer que inhabilitarse y/o abstenerse de participar de la elección del nuevo fiscal nacional me parece un acto correcto y que debiese ser seguido por todos sus otros colegas que se encuentran en similar situación de investigación por parte de la fiscalía.

Los casos de corrupción que hoy son parte de las investigaciones en nuestro país han mostrado una realidad respecto a la cual muchos pretendieron colocar una venda en los ojos de la ciudadanía. Hemos tenido una elite empresarial coludida con el liderazgo político, con el sólo objetivo de influir (de forma indebida por cierto) en el desarrollo de leyes, regulaciones y políticas públicas.

Un congreso por años capturado por intereses económicos no ha sido enteramente un congreso democrático. Los grandes grupos económicos propietarios de AFP, Isapres, Bancos, Farmacias, financiando campañas de manera irregular han apostado bajo este mecanismo por perpetuar sus abusos sobre la ciudadanía. Abusos que sin duda han permeabilizado a las familias de clase media y vulnerable de nuestro país.

Si queremos atacar la corrupción de verdad es fundamental que las sanciones por ejemplo para los evasores de impuestos sean ejemplificadoras, porque tal cual lo ha dicho el economista Daniel Kaufmann si evado impuestos y el único costo es pagarlos, entonces los evado, pero si la multa es diez veces más y puede incluir cárcel ese costo es totalmente distinto. La sanción tiene que ser importante. Transparencia sin sanción no da los resultados que se persiguen.

Loa casos Penta, SQM y otros que han remecido la opinión pública han demostrado que lamentablemente en nuestro país hemos tenido a un alto porcentaje de su clase política capturada por intereses corporativos y financieros y eso es lo que hoy debemos cambiar por el bien del país.

La corrupción no tiene colores políticos ni religiosos. Es transversal y combatirla es tarea de todos.

La corrupción daña los cimientos de una democracia. Y se da en todos los niveles , en lo público, en lo privado. Lo importante es que también transversalmente la combatamos. Porque cuando la corrupción se combate con fuerza, solo ahí pierden los corruptos.