Cruz Verde y Salcobrand son condenadas a pagar 19 millones de dólares por colusión

31 Enero 2012

Luego de tres años de investigación, el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia resolvió en forma unánime aplicar la máxima multa a las cadenas farmacéuticas por la colusión de precios en más de 200 medicamentos. 

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Las cadenas de farmacias Cruz Verde y Salcobrand fueron condenadas cada una a cancelar US$19 millones por colusión, según determinó este martes el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) en forma unánime, luego de más de tres años de investigación.

Las empresas fueron sancionadas con la máxima multa, correspondiente a 20 mil Unidades Tributarias Anuales, que puede ser apelada ante la Corte Suprema.

“La sentencia tuvo por acreditada, más allá de toda duda razonable, la existencia de una colusión entre éstas cadenas y Farmacias Ahumada S.A., para alzar los precios de al menos 206 medicamentos, en el periodo comprendido entre diciembre de 2007 y marzo de 2008, ambos meses inclusive”, explica el fallo.

De esta manera, el Tribunal acogió el requerimiento que la Fiscalía Nacional Económica (FNE) presentó en diciembre de 2008 contra ambas firmas, coludidas en el precio de medicamentos entre noviembre de 2007 y abril de 2008.

En su acusación, la FNE utilizó datos aportados por otra cadena, Farmacias Ahumada, en el marco de un acuerdo conciliatorio de un millón de dólares que le permitió ser exculpada del juicio.

Multa equivale a 3,5% de ventas totales

Según informó el mismo TDLC, la multa equivale en conjunto a aproximadamente un 3,5% de las ventas totales de Cruz Verde y Salcobrand en 2007.

El Tribunal explicó que la sanción consideró la gravedad de la colusión y que ésta se produjo en un mercado de especial importancia, con medicamentos que en su mayoría se utilizan para tratar enfermedades crónicas.

Además, la sanción considera que la colusión “involucró a casi la totalidad de la oferta, el significativo número de consumidores afectados en todo el país, y que el acuerdo probablemente se habría mantenido en el tiempo y extendido a otros medicamentos de no haberse iniciado la investigación de la FNE”.

También, afirma el TDLC, se contempló el beneficio económico que las cadenas obtuvieron por medio de la coordinación de precios.

Cómo operaba la colusión

El documento detalla que la existencia del ilícito se acreditó con evidencia directa, vinculando la información de correos electrónicos y declaraciones de ejecutivos de las farmacias y laboratorios, con los datos de movimientos de precios.

De este modo, el TDLC pudo establecer que “Salcobrand transmitió, por intermedio de ejecutivos de diversos laboratorios, su disposición a ser el primero en modificar al alza los precios de ciertos medicamentos, y luego las tres cadenas de farmacias coordinaron las fechas en que se producirían estas alzas en cada una de ellas. De esta forma, las alzas de precios se realizaron -en su mayoría- siguiendo un patrón preestablecido, denominado ‘1-2-3’, en el que la primera alza era realizada por una cadena (casi siempre, Salcobrand) en el ‘día 1’, seguida por otra cadena en el día ‘2’ y concluyendo la última en el ‘día 3’”.

El fallo explica el modus operandi de la colusión: una de las cadenas avisaba al laboratorio correspondiente el día en que subiría sus precios para que éste lo comunicara a las otras dos compañías, esperando la confirmación de que éstas también implementarían el alza.

Además, el Tribunal corroboró un “inusual monitoreo que cada farmacia hizo respecto de los precios de venta de la otra”.

“Así, del análisis de los antecedentes sobre cotizaciones de precios presentados por FASA y Cruz Verde, en conjunto con la información sobre movimientos diarios de precios de cada medicamento en cada cadena, se acreditó que éstas realizaron dichas cotizaciones un día antes de que se produjera cada alza o en el mismo día en que cada una de ellas ocurrió, siguiendo este monitoreo de precios por varios días seguidos, para prácticamente todos los medicamentos analizados”, señala la resolución.

Según el fallo, lo normal es que las farmacéuticas coticen los precios de la competencia cada una o dos semanas “y jamás” en días consecutivos. “Estos monitoreos extraordinarios no se explican sin la existencia de un concierto o conspiración previos, que permitió a cada cadena conocer anticipadamente lo que harían sus competidores”, agrega.