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La Bohemia no se debe confundir con carrete nocturno. La bohemia osornina no existe, murió hace años, la asesinó eso que llaman modernidad, globalización, nuevas tecnologías etc..la bohemia es sentarse a conversar con un par de tragos, vino tinto, arrollado de malaya, una buena ponchera de clery hacer vida nocturna, recordar poetas, escritores conversar sobre anécdotas e historias del pueblo la familia, tal vez matizarlo con un juego como la brisca, el desaparecido cacho con sus dados, jugar al dominó mientras transcurren las horas hacia la amanecida. En Osorno estaba el Cavancha de Osvaldo Baeza conocido como "Pichincha" en calle Portales, el bar Jockey en la plaza, el Da Osvaldo en calle Lynch, en la esquina de Amthauer con Prat estaba el Ronitex al frente el bar Pussicat y muy cerca el mítico Nat Kin Club que se confundían entre los lupanares y burdeles de la vieja Celinda, la Nelly y el local de la Paty que eran casas de tolerancia donde las niñas trataban de "tu" y cantaban bonito, estos ambientes murieron por culpa de los moteles y los teléfonos celulares y también los correos eléctrónicos y el libertinaje de niñas que trabajan en las oficinas, estudiantes universitarias y recatadas dueñas de casa y profesionales que se emanciparon. Algún día se escribirá un ensayo sobre la muerte de la bohemia y también de la muerte de las casas de tolerancia que son dos cosas distintas. En la bohemia se tocaban y conversaban temas profundos matizados con alguna comida, y algunos comensales estimulados por el entusiasmo echaban lo que se llamaba una "canita al aire" visitando después de la tertulia a la niñas alegres que el tiempo y el consumismo se encargó de hacer desaparecer.

Tengo claro que el carrete de hoy nada tiene que ver con la bohemia de antaño, donde leíamos y recitábamos a poetas como Carlos Pezoa Veliz, escuchábamos tangos cantados por Julio Soza, ... recuerdo esos versos "bohemios troveros de gachos sombreros, por vosotros quiero hoy decir mi oración" . Por favor no confundan la tontera de hoy con la bohemia de antes. saludos Pedro Pablo Cortez de Monroy