Tenemos la costumbre de patalear incansablemente para defender NUESTROS derechos, es decir, nuestro derecho de educar a nuestros hijos, nuestro derecho a que todo servicio público esté ahí para atendernos sin chistar, que para eso les pagan. Nuestro derecho a obtener cualquier cosa si podemos pagar por ella.
Pero a la hora de PENSAR, ¿Cómo se llegó a la paralización?, ¿Por qué se toman tales medidas?, ¿Se justifican o no se justifican las movilizaciones? Entonces decimos que no entendemos, que no sabemos qué es la deuda histórica, quedarnos en la ignorancia es más fácil.
Es terrible que los estudiantes se queden sin clases. Pero más terrible es que haya personas que lucran con la educación. Que en este país, con su historia, sea legal hacer diferencias y segmentar a las personas, ordenándolas según su posición. Que en este país se pueda hacer negocio con todo, y que se haya cegado a las personas a tal punto, que prefieren seguir siendo estafadas día tras día, siendo exprimidos al punto de tener que enduedarse con tal de instalarse en el modelo imperante: pagar por estudiar, pagar por recibir salud, incluso aceptar que nos roben al momento de comprar medicamentos. Estamos demasiado acostumbrados a tratar a los demás y a ser tratados como objetos, como entes del consumo, y nos olvidamos de que una sociedad más solidaria es perfectamente posible. Una educación de calidad y para todos es posible!
Tenemos la costumbre de
Tenemos la costumbre de patalear incansablemente para defender NUESTROS derechos, es decir, nuestro derecho de educar a nuestros hijos, nuestro derecho a que todo servicio público esté ahí para atendernos sin chistar, que para eso les pagan. Nuestro derecho a obtener cualquier cosa si podemos pagar por ella.
Pero a la hora de PENSAR, ¿Cómo se llegó a la paralización?, ¿Por qué se toman tales medidas?, ¿Se justifican o no se justifican las movilizaciones? Entonces decimos que no entendemos, que no sabemos qué es la deuda histórica, quedarnos en la ignorancia es más fácil.
Es terrible que los estudiantes se queden sin clases. Pero más terrible es que haya personas que lucran con la educación. Que en este país, con su historia, sea legal hacer diferencias y segmentar a las personas, ordenándolas según su posición. Que en este país se pueda hacer negocio con todo, y que se haya cegado a las personas a tal punto, que prefieren seguir siendo estafadas día tras día, siendo exprimidos al punto de tener que enduedarse con tal de instalarse en el modelo imperante: pagar por estudiar, pagar por recibir salud, incluso aceptar que nos roben al momento de comprar medicamentos. Estamos demasiado acostumbrados a tratar a los demás y a ser tratados como objetos, como entes del consumo, y nos olvidamos de que una sociedad más solidaria es perfectamente posible. Una educación de calidad y para todos es posible!