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Hay gente que no pierde la

Hay gente que no pierde la oportunidad de criticar el "clasismo de Osorno" con argumentos que valen hongo. A ellos les recuerdo que la familia Mores Castro no es osornina: llegó acá en 1987, cuando el padre fue contratado como arquero de Provincial Osorno. Hasta entonces, jugaba en el modestísimo equipo de Deportes Victoria de la Novena Región y antes de ello vivía en Santiago, donde hizo las inferiores en Palestino. No es tampoco una familia de origen adinerado -la madre es profesora de un colegio público- y Nelson Mores se hizo una mejor situación -sin ser para nada un millonario- con los ingresos que le generó su pool en Osorno tras dejar el fútbol profesional, que era su principal fuente de ingresos, donde nunca tuvo sueldos altos, porque era el arquero reserva de los Toros. Nadie podría tildarlo como parte de la "alta sociedad osornina", ni tampoco un millonario. Por lo tanto, los que tratan de hacer ver este crimen como una muestra de la lucha de clases de Osorno tendrán que buscar otro ejemplo, porque este definitivamente vale callampa: este es sólo un crimen horrible, uno más de los muchos que han ocurrido y seguirán ocurriendo en Osorno, Chile y el mundo, porque los sicópatas no son patrimonio de una clase social en específico: se ubican en los lugares menos pensados y en las familias que aparecen como más normales.

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