Supuestamente ganó $98 millones pero Casino de Valdivia sólo le pago $300 mil ¿qué pasó?

Supuestamente ganó $98 millones pero Casino de Valdivia sólo le pago $300 mil ¿qué pasó?

26 Octubre 2010
Una mujer alegó que una máquina le marcó $98 millones pero que sólo pudo retirar $300 mil. La gerencia aseguró que la tragamonedas no dio semejante premio y sólo se trató de un error de interpretación.
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Por Marcos Labra, El Naveghable.
Eran las 3:00 A.M del domingo 24 de octubre cuando en la segunda máquina Kink Kong Cash del casino Dreams de Valdivia y un grupo no menor de 25 personas rodeaban a un solitario jugador.
“No le quieren pagar”, “es una estafa”, “¿cómo vamos a confiar en el casino?” Eran sólo algunos de los comentarios que rodeaban al jugador. Con todo ese escándalo me acerqué:
Hola soy periodista de El Naveghable, ¿qué te pasó?
- Hola me llamo Rodrigo, lo que pasa que estaba jugando en esta máquina y me gané 300 lucas
¿300 no más? Desde que entré hasta acá, me dijeron que eras millonario y que te ganaste 98 palos...
- Sí eso. Es que la máquina me dio 98 palos pero sólo me dejó sacar $300 mil
¿Pero tú estabas jugando?
- No, una amiga.
Ese fue el comienzo de lo que sería una larga noche de preguntas y versiones casi irreconciliables entre la casa y los apostadores.
Cuando el reloj marcaba las 3:20 A.M apareció en escena Marcelo Zamorano, gerente general de Dreams, con quien había pedido hablar cuando ingresé al recinto.
¿Qué tal Marcelo te desperté?
- No, ya estaba en pie.
Desde que entré he escuchado miles de versiones de lo que pasó...
- Yo te puedo contar lo que sucedió de verdad
Oka, dale. ¿Se ganó alguien los 98 millones o no?
- No, lo que pasó fue que la persona pasó al último nivel de la máquina, por ende podía optar al poso en línea de 98 millones. La máquina le dio un bono en que podía ganar hasta 10 jugadas más, para ello debía apretar la pantalla o bien ocupar la botonera. Ahora cuando pasa un tiempo estipulado por la tragamonedas y tu no juegas en la pantalla ni tampoco en la botonera, la máquina realiza la jugada sola y eso hizo, arrojándole sólo 5 juegos gratis en vez de los 10 a los que podía optar.
¿Y eso qué significa?
- Eso significa que estaba jugando aún por los 98 millones. Lo que pasa que ella dice que si la máquina la hubiese dejado jugar los 10 juegos gratis, ella se hubiese ganado el poso mayor, pero eso es como decir que si yo hubiese jugado 100 cartones del Loto en vez de los 10 que juego siempre, me hubiese llevado los 7 mil millones. Es simplemente una especulación, lo concreto es que la máquina nunca dio el premio mayor.
La situación continuaba tensa en el casino, poco a poco los ofuscados usuarios se acercaban a Zamorano para pedirle explicaciones y que lo consideraban una estafa. Uno a uno, y flanqueado por un fuerte grupo de guardias, Zamorano explicaba el funcionamiento de las tragamonedas y el caso particular de la Kink Kong Cash.
3:35 A.M y se hace presente Carabineros de Chile. A pocos metros de atravesar la puerta principal una mujer alta y de pelo crespo se acerca a la pareja policial, camina con ellos unos metros y el oficial toma nota detallada de lo que dice. Luego al llegar al lugar donde se encontraba el gerente, dos guardias y este reportero, el oficial de Carabineros pregunta sin mayor preámbulo a Zamorano: ¿Cuáles son los argumentos que tiene el casino para decirle a esta señora que no se ganó el premio que señala?
Zamorano sonríe para disimular el cansancio y dice: Bueno, primero tendría que explicarle el funcionamiento de las máquinas. Lo escucho, contestó el Teniente.
De acuerdo al tiempo calculado en conjunto con la colega Katy Maldonado de radio Bío Bío, que ya había llegado al lugar, la narración inductiva de la gerencia a los policías se extendió por espacio de 10 minutos.
La escena continuó esta vez con gritos “que le paguen, que le paguen”
¿Por qué tanta efervescencia? Preguntó en tono de broma a mi colega.
- "Porque la señora ofreció 8 palos a quien le sirva de testigo en su versión". Me contestó una persona al pasar por mi lado.
4:20 A.M y llevamos casi hora y media en el lugar. Para continuar, la discusión se traslada al exterior donde la mujer discute con los Carabineros e intenta validar su versión. En eso entra en escena un vehículo de la PDI. Con su baliza apagada y a una velocidad baja.
La Mitsubishi Montero blanca y azul, se estaciona frente a la casa de juego. La situación es advertida por la mujer que instantáneamente abandona la conversación con los uniformados, saca su celular y antes que los detectives si quiera terminen de presentarse, le pasa su celular al oficial de civil y dice: Tome hable con él, dice.
Extrañado, pero sin decir una sola palabra el policía toma el teléfono y habla.
-Aló…si…ajá. Fue lo único que alcanzamos a escuchar, pese a los esfuerzos de mi colega de Bío Bío por superar sus barreras auditivas.
Luego presentimos que se trataba de alguien relacionado con el mundo policial. Y es que la mujer parecía actuar con naturalidad ante los policías, siempre amable, simpática y con buen humor, pese a que se suponía había perdido 98 millones. Minutos después supimos que dijo ser esposa de un funcionario de la PDI de la zona centro Norte, de iniciales L.R.B.
4:45 A.M y ya con los ánimos más calmados decidimos abordar a la misteriosa mujer.
Hola, somos de prensa, que fue lo que le pasó finalmente
- Hola, soy Pamela Torres, bueno llegamos a jugar a las siete de la tarde, lo más penca es que se suponía que estábamos en otro lado (risas)…Entonces nos ganamos 98 millones y... (en eso suena un celular)- Aló, mi amor estoy con la prensa, hay buuu me está llamando Carabineros (nos hace un gesto de disculpas).
No se preocupe, haga sus cosas nosotros la esperamos
-Ya, pero entren si que hace mucho frío (más risas).
Fue lo único que logramos obtener antes de verla entrar a dialogar con la gerencia y Carabineros justo en la máquina de la discordia.
Sin embargo aún faltaba el cierre, cuando el reloj de mi BlackBerry marcaba las 5:05 A.M, exactamente 10 minutos después que Marcelo Zamorano concluyera su conversación telefónica con el Fiscal Juan Pablo Lebedina, la mujer abandona la famosa Kink Kong Cash y como una usuaria más del casino se dirige a otra máquina tragamonedas ubicada tras el Chevrolet que sortea el casino. Tras sacar un vaucher de su cartera, tranquilamente comienza a probar suerte.
La situación generó una profunda extrañeza entre quienes habíamos seguido de cerca el conflicto. Y es que Pamela Torres de pronto pareció no importarle más lo sucedido.
Dos horas después del supuesto premio injustamente arrebatado de sus manos, estaba sentada jugando al 25 por 2 en otra máquina, abandonando así la discusión, la polémica máquina, a Carabineros, y la oportunidad de haber sido millonaria. Extraño por decir lo menos.
La historia continuó hoy, luego que tras una orden emanada del Fiscal Juan Pablo Lebedina, la PDI de Puerto Montt perició la máquina debido a la denuncia realizada por Pamela Torres.

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