Becas Chile: ¿Privatización en marcha?

Becas Chile: ¿Privatización en marcha?

11 Abril 2010
Si bien aún no se conocen las modificaciones concretas, desde hace algunos días circulan informaciones que hablan entre otras cosas de traducir las actuales becas en un sistema de créditos blandos. Por Guillermo Olivares.
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Por Guillermo Olivares.
El Gobierno ha anunciado su intención de modificar el marco del programa de becas Bicentenario más conocido como Becas Chile, si bien aún no se conocen las modificaciones concretas que se pretenden realizar por medio del Consejo de Innovación, desde hace algunos días circulan informaciones que hablan entre otras cosas de traducir las actuales becas en un sistema de créditos blandos, además de estimular los estudios de postgrado en Chile.

Ante tal situación y en mi actual condición de becario de ese sistema, considero que de ser efectivas estas medidas, dejarían en claro en primer término un profundo desconocimiento y visión cortoplacista en cuanto al valor e importancia de la continuación de estudios de postgrado en el extranjero y segundo, las dudas en torno a afán privatizador de la nueva administración encontraría un nuevo argumento a favor.

A que me refiero con desconocimiento, básicamente a que las modificaciones apuntarían a privilegiar ciertas áreas de estudios sobre otras, tomando como base la eventual rentabilidad de estos, por esta razón se sugiere que asignar becas seria en cierta medida injusto, ya que los potenciales becarios tendrían grandes beneficios económicos individuales a su regreso. Tal criterio, sin duda es aplicable a ciertas áreas de conocimiento, pero deja fuera a numerosas otras como las artes, las humanidades, la educación, las ciencias sociales e incluso las ciencias básicas. Un país no se construye sólo con ingenieros o con MBAs, en la construcción de una sociedad deben intervenir personas desde los más diversos conocimientos, competencias y habilidades. Las sociedades desarrollada que tanto se admiran por estos lados así lo ha hecho y así lo hacen hoy en día.

Ahora bien, cuál es el sentido que entregar al mercado financiero el otorgamiento de créditos para estudios de postgrado. Se podrá decir que este no asignará los cupos, pero sin duda ellos actuarán con criterio de mercado al momento de escoger sus clientes. Al banco, cualquier sea este, no le interesa necesariamente el bien país, le interesa la rentabilidad sobre el capital, el lucro. Decir lo contrario es desconocer la naturaleza de un banco. Por tanto asumir que una institución bancaria le dará crédito a un estudiante de bajos recursos para seguir estudios de ciencias sociales o de física teórica en el extranjero es altamente improbable. Tal situación es más seria aún si se considera que un número creciente de estudiantes debió comprometerse en créditos para poder seguir sus estudios de pregrado, por lo que un segundo crédito no es una opción. La palabra crédito le cierra las puertas a millones de personas en Chile cada día, porqué no habría de hacerlo en este caso.

Todo este marco, del cual sólo he abordado sólo un par de elementos deja poco espacio de maniobra para no pensar que progresivamente la educación es cada vez más un privilegio para unos pocos. El discurso de facilitar el acceso a personas con talento y capacidad y pocos recursos seguirá siendo eso, un discurso, y lo visto en estos años solo fue un oasis que pronto será desmantelado.

No cabe duda que el sistema actual de becas no es perfecto y que requiere de modificaciones para hacerlo más eficiente, pero cambios radicales como las que se pretenden introducir y que afectan la esencia del programa serían un portazo en la cara de miles de estudiantes que desean desarrollar su talento en un proceso que, sin duda, los beneficiará a ellos, pero también será beneficioso para el país. Que Chile cuente con cada vez más profesionales con alto grado de perfeccionamiento en las más diversas áreas de conocimiento es, sin duda, un paso tremendamente importante para su desarrollo. Si los cambios apuntan a mejorar el acceso, diversificación y la democratización de los estudios de postgrado, bienvenidos sean; pero si apuntan a cambiar su esencia terminarán privilegiando a un ínfimo grupo de personas sobre la base de criterios que nada tienen que ver con capacidad y talento.

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