En una nueva muestra de prepotencia sin precedentes, el ejército israelí está obligando a derribar un estadio de fútbol recién terminado por palestinos en las proximidades de Ramallah, con la excusa de que una porción está construida en zona bajo exclusivo control de Israel. Esta exigencia israelí es en sí ilegal, pues estos territorios no le pertenecen, toda vez que Israel ocupa Cisjordania violando la legislación internacional. Según el diario israelí Haaretz, el Ministerio de Defensa ha exigido la demolición del estadio en el plazo de siete días.
El estadio se encuentra geográficamente dentro de los territorios palestinos de Cisjordania, en la localidad de El Bireh. Fue financiado con fondos públicos, alemanes, franceses y el patrocinio de la FIFA, está previsto que sea inaugurado a fin de año.
La construcción deportiva, con una capacidad para 8.000 personas, fue aprobada en 1981, pero el proyecto salió adelante en 2008, cuando el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, y el primer ministro palestino, Salam Fayad, colocaron la primera piedra.
No es novedad que Israel ataque la infraestructura deportiva palestina; el Estadio Nacional Palestino de Fútbol, ubicado en Gaza, fue bombardeado el 30 de marzo del 2006 por la aviación israelí y luego de ser reconstruido en Beit Lahia por la FIFA, fue nuevamente destruido por el ejército sionista el 9 de abril de 2006.
La suerte de este nuevo centro deportivo palestino, parece tener el mismo triste destino.
La FIFA no hace más que condenar las acciones israelíes y exigir explicaciones… Pero son necesarias acciones concretas y de utilidad real, como por ejemplo, impedir que Israel participe en campeonatos internacionales, mientras continúe con su política de terrorismo de estado, la que resulta en el asesinato de miles de palestinos inocentes y la destrucción de su infraestructura civil, incluyendo instalaciones y escuelas de la ONU, universidades, hospitales y sus principales instalaciones deportivas.