1 de mayo, Día del Trabajador: Todavía hay mucho que hacer

1 de mayo, Día del Trabajador: Todavía hay mucho que hacer

01 Mayo 2009
Tras la matanza de Chicago en el siglo XIX la demanda de los trabajadores no cambiado mucho. Por lo mismo, cabe reflexionar en las problemáticas que afectan a los chilenos en general y qué podemos hacer para superarlas.
Dennys Salazar >
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El 1 de mayo se conmemora el Día del Trabajo, como forma de rendir un homenaje a los trabajadores de Chicago, Estados Unidos, quienes en 1886 iniciaron una huelga para conseguir una jornada de trabajo de ochos horas diarias. Solamente en la ciudad de Chicago, la huelga fue secundada por nada menos que 50 mil obreros. Las autoridades y la burguesía se dieron en seguida cuenta de que el asunto se les escapaba de las manos. La policía comenzó a perseguir a los manifestantes y a ametrallar a los obreros durante las celebraciones.

En 1897 cinco de los trabajadores que fueron detenidos en esas protestas fueron condenados a muerte y otros cuatro a cadena perpetua. Y todo por reclamar por lo que consideraban justo.

Hoy, la situación sigue siendo muy similar. Protestas, paros y más protestas y paros. Las demandas, las mismas de siempre: mejores salarios, menos recarga laboral, respeto a los compromisos previsionales y de salud, estabilidad laboral, seguridad en el trabajo, derecho a sindicalizarse, derecho a huelga, etc, etc, etc.

Pero este año 2009 se ha sumado un nuevo elemento, que ha despertado también la conciencia de grupos de trabajadores que ven mermada su situación laboral producto de las consecuencias del Neoliberalismo. Así, la crisis internacional generada en la bolsa norteamericana, y que tuvo repercusiones a nivel mundial, ha repercutido directamente en los bolsillos y en el trabajo de los chilenos, que ya no están mudos frente a la situación.

Una muestra de que el mutismo empieza a quedar atrás fue la manifestación convocada por la Central Única de Trabajadores (CUT) hace pocas semanas. Más allá de los altercados y hechos violentos, que nunca faltan, cabe destacar el principal motivo del llamado: las consecuencias del actual sistema previsional dominado por las AFP.

Con ello podemos ver que la demanda de los trabajadores se enfrasca en un problema que atraviesa toda la realidad chilena y no sólo a un cierto sindicato o grupo de trabajadores. El actual sistema previsional ha demostrado graves falencias desde que fue instaurado en la década de los 80, sobre todo en tiempote crisis, donde el capital perdido por las AFP no es precisamente parte de su patrimonio, sino el de sus “clientes”, esto es los trabajadores chilenos.

De ahí a que la conclusión sea que falta mucho por hacer por parte del gobierno, empresariado y, sobre todo de los trabajadores.

Desde el Gobierno, no basta sólo con crear medidas paliativas ante esta crisis, como el aumento de la inversión pública, sobre todo en la construcción, cuestión valorable, pero paliativa al fin y al cabo. Por parte del empresariado, no basta con realizar actividades de carácter recreativo o de capacitación a sus empleados, con el fin de aumentar su “responsabilidad social”. Y de parte de los trabajadores, no basta sólo con manifestarse una vez, sino muchas más y no sólo en la calle, en todos lados, con tal de ir vaticinando efectos y problemáticas que muchas veces están ahí, que vivimos todos los días y que seguirán afectándonos día a día.

Efectivamente, falta mucho por hacer.

Comentarios

Imagen de sergiocontrerasfernandez

Jiles de la farándula:

Jiles de la farándula: ?Mi abuela me contaba?

Dos ministros de Estado homenajearon al principal ideólogo de la dictadura, Jaime Guzmán, y la Presidenta se arrepintió de asistir en el último minuto, pero ni ella ni ningún personero de gobierno hicieron ni el más mínimo gesto para recordar los 100 y los 101 años de la mayor vergüenza de la historia de Chile. Poco se hizo para conmemorar una fecha que muestra la crueldad de los poderosos con los pobres en este país nuestro, a pesar de que allí siguen los vestigios de la tragedia, un amasijo de cadáveres destrozados que muchos quisieran esconder bajo la alfombra.

Mi abuela Elena Caffarena tenía sólo cinco años cuando ocurrieron los hechos, pero recordaba nítidamente lo que vio ese 21 de diciembre de 1907, cuando más de seis mil obreros y sus familias llegaron caminando kilómetros y kilómetros desde distintos lugares de la pampa, hambrientos y desarrapados, hasta la ciudad de Iquique. Pedían insignificantes mejoras a sus deplorables condiciones de vida: tener balanzas donde pesar los alimentos que les daban a cambio de jornadas de trabajo de catorce horas, y escuelas para sus hijos obligados a vivir con ellos en barracas inmundas sin derecho a la más mínima educación.

Los vecinos de Iquique -solidarios con el movimiento de los pampinos-los alojaron en la Escuela Santa María, les llevaron frazadas, agua y comida. Pero los patrones se negaron a escuchar las misérrimas demandas, el gobierno declaró estado de sitio y exigió a los obreros y sus familias que regresaran a las salitreras sin más alboroto.

El general Roberto Silva Renard, máxima autoridad militar de la región de Tarapacá, tomó el mando de la crisis. Los batallones del regimiento O?Higgins, el crucero Esmeralda y otros buques de guerra apuntaron sus ametralladoras hacia la escuela. Ante tan desproporcionada amenaza, los habitantes de Iquique -que no podían salir de sus casas por el estado de sitio- pidieron a gritos a los oficiales que por lo menos dejaran salir a los niños. Todos estaban dispuestos a recibir en sus casas a las criaturas que corrían serio peligro.

Sin escuchar a nadie, el general Silva Renard y el coronel Ledesma dieron la orden de disparar a las tres y cuarenta y cinco minutos de la tarde del 21 de diciembre. ?Ordené dos descargas más -informó Silva- y fuego a las ametralladoras con puntería fija hacia la azotea donde vociferaba el Comité entre banderas que se agitaban y toques de corneta?. Los iquiqueños fueron testigos -desde sus ventanas y tejados- de cómo los soldados dispararon sin parar contra las familias.

Los máximos dirigentes de los pampinos -José Briggs y Luis Olea-estaban delante de todos los demás, como si intentaran proteger a su gente. Sin moverse de sus puestos y con una bandera chilena izada al viento, los obreros recibieron en el pecho la primera descarga. Luego cayeron baleadas numerosas mujeres que estaban en fila resguardando a sus hijos. Ante la impotencia de toda la ciudad, una y otra vez los soldados hicieron fuego sobre los civiles reunidos en la escuela Santa María. Una y otra vez algún sobreviviente levantó la única bandera que tenían. Una y otra vez los habitantes de Iquique suplicaron a viva voz que parara la matanza. Hasta que se hizo el silencio cuando no quedó ni una madre ni un sólo niño en pie.

El cónsul de los Estados Unidos informó a su gobierno de la desgarradora escena: centenares de cadáveres amontonados y cuerpos en pedazos. El cónsul del Perú indicó: ?inmediatamente me constituí en el local donde se había desarrollado el sangriento drama, con los bomberos de la Compañía Peruana número diez, los que se dedicaron a recoger a los desgraciados heridos y transportarlos al hospital. El cuerpo médico de la ciudad acudió presuroso a atender a los heridos (?). Existe una versión que refiere que durante la operación militar dos marinos se pasaron a los huelguistas, pero estos fueron muertos?. Algo parecido sugirió el cónsul británico, que dijo conocer relatos de ejecuciones de cierto número de soldados en la madrugada del día siguiente a la matanza, por haberse negado a obedecer la orden de disparar sobre la multitud.

Tres mil seiscientos obreros, sus mujeres y sus hijos fueron asesinados por militares chilenos en la escuela Santa María poco antes de la navidad de 1907. En los años siguientes, la historia oficial negó estos hechos, intentó bajar el perfil y borrar todo registro de la masacre hasta hoy, en que las autoridades siguen indiferentes.

the clinic

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hola,somos alumnas de centro

hola,somos alumnas de centro educativo n 18 cesar rosales y pensamos lo mismo sobre el dia del trabajador burnpchauuuu

Imagen de leonel

mui largo

mui largo

Imagen de Irene González

Estoy totalemnte de acuerdo

Estoy totalemnte de acuerdo que se creen y piensan los pelafustanes, que somos una tropa de ignorantes, cuando en cada clan familiar, existen mínimo 5 profesionales Universitarios....ya está bueno de hacerse los desentendido y tomarnos por tontos....

Imagen de Nancy

Hola , soy profe y

Hola , soy profe y concuerdo, queda mucho por hacer .

Imagen de Omar Gonzalez Hurtado

Efectivamente Dennys: las

Efectivamente Dennys: las noticias de hoy no pueden ser mas elocuentes, y de seguro los noticieros en TV mostraran a la hora acostumbrada, una y otra vez, esas múltiples escenas de violencia como las que ya se han visto anticipadamente, ¿pero quienes son los que se enfrentan realmente en estos actos de inútil daño y violencia?, con graves consecuencias para la salud física y social de la población chilena, y un obvio perjuicio material en contra el patrimonio que es de todos?, Mi estimado Dennys sin ser periodista ni político uno se de da cuenta claramente que es ?el pueblo contra el pueblo?, esa gran masa trabajadora, que por un lado lucha por sus derechos como usted bien lo expresa , mientra que por otra nuestras propias fuerzas armadas, nuestro querido y siempre bien mirado, aunque no siempre respetado, ?cuerpo de carabineros de Chile? que también representa al pueblo. ¿Quiénes son los grandes ausentes que pocas veces se ve en escena, obviamente, la clase empresarial y aquellos que representan a los ejes del alto mando en el país, tanto en lo político y administrativo como en lo económico: Siempre será así, los que van a la guerra será la tropa, mientras que los verdadero culpables actores de la situación, solo mirarán desde lo alto, espectadores de aquellos que van a la lucha y de otros que tratan de imponer el orden. Yo igual que usted me pregunto ¿hasta cuando? ?Mientras exista injusticia económica y laboral, la situación será siempre igual, la historia se repetirá una y otra vez, para perjuicio de muchos y beneficios de pocos.