El miedo generacional de Gaza

El miedo generacional de Gaza

19 Enero 2009
El miedo, es una emoción que reconocemos a través de una serie de cambios fisiológicos relacionados con el sistema nervioso autónomo y el endocrino, su sentido básico es el de protección ante estímulos peligrosos.
Fernando Jorquera >
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De una forma básica, podemos decir, que los seres humanos sentimos miedo, cada vez que enfrentamos una situación nueva, luego el miedo no se supera nunca mientras sigamos viviendo, eso sí, podemos aprender (y de hecho es lo que hacemos) a manejarlo para que no nos paralice o nos invalide.
El miedo tiene como función el de protegernos de algún peligro real. Gracias a él sobrevivimos como especie. Nos permite reconocer situaciones que nos pueden poner en peligro. Nuestro cuerpo sufre cambios a nivel físico y hormonal al encontrarnos en una situación de miedo: nuestro corazón palpita más fuerte, nos sudan las manos y a nivel hormonal producimos, entre algunas hormonas, la adrenalina.
Los niños, a lo largo de su desarrollo, padecen y experimentan numerosos miedos. La mayoría son pasajeros. El miedo a la separación, a personas extrañas, a la oscuridad, a la escuela y un largo etcétera, irán apareciendo y desapareciendo en determinadas edades y estadios evolutivos. Estos miedos les ayudarán a enfrentarse de forma adecuada a situaciones difíciles y amenazantes con las que se encontrarán a lo largo de su crecimiento.
Se sabe que los efectos psicológicos del miedo influyen directamente en el desarrollo y bienestar de los niños ocasionando síntomas de trauma, deterioro en las habilidades de aprendizaje, en la conducta, en el lenguaje y en el desarrollo de su personalidad; efectos en el comportamiento social, trastornos psicosomáticos y hasta predisposición para el uso de drogas y conductas autodestructivas.
La niñez, poderoso mundo de imaginación, magia e inocencia, es un período irrepetible de descubrimiento de la realidad interna de los otros, de "lo que los ojos no ven, lo que las manos no palpan, lo que solo el corazón sabe". Se constituye como aquella etapa de la vida de la que posiblemente no podamos desprendernos nunca, como aquel momento, que alojado por siempre en nuestros corazones, acompañará el decursar diario de nuestra exIstencia e inevitable-mente matizará nuestro desarrollo personal y social.
El miedo producido por la accion de adultos, que provocan la muerte de personas, genera en el niño una cadena de recuerdos que se olvidan en generaciones (no hablo de olvidar el olvido). El niño de la foto; más alla de la justicia del ataque y/o defensa de una razon que provoca la guerra; recordara ese instante siempre, que se sumara a otros de perdida de personas, imagenes de cuerpos y destrucción de su ambiente. Percibira mas alla de los sentidos, el odio del atacante y es posible que al ser mas autonomo, busque la venganza mas que la justicia.