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El lado oscuro de la tecnología
El lado oscuro de la tecnología
15 Junio 2008
El ser humano vuelca todas sus paradojas y contradicciones en la tecnología que produce, la que muchas veces busca la calidad de vida y en otras, derechamente la muerte. Sin embargo, existe una zona difusa en cuanto a algunos objetivos y resultados.
René Bahamonde Casas >
authenticated userEn los años 60, en Chile, una gran campaña publicitaria acompañó el lanzamiento de un producto para techumbres llamado pizarreño. Fabricado con asbesto, elemento tóxico, paulatinamente fue atacando el sistema respiratorio de muchos operarios de la industria, de los cuales varios fallecieron.
El uso de pesticidas en los campos, los cuales son expandidos desde avionetas, trae como consecuencia la alteración del equilibrio biológico en las zonas donde se usa, además de integrarse en forma nosciva a la cadena alimenticia, que finalmente afecta al hombre.
Hay excepciones de sensata previsión, como la del italiano Ascanio Sobrero, que aproximadamente por 1847, manipulando glicerina, azúcar y ácido nítrico, descubrió la nitroglicerina, sustancia explosiva de peligroso manejo. Sobrero juzgó el manejo de esta sustancia como demasiado peligroso y después de presentar su caso en la Academia de Turín, interrumpió sus investigaciones.
En la guerra de Vietnam irrumpieron las norteamericanas bombas de napalm, elemento combustible que no se apaga. También allí se usaron las bombas de acción unipersonal, que inutilizaban sólo la extremidad del soldado que las pisaba. Esto pretendía mayor gasto de dinero enemigo en soldados hospitalizados largo tiempo, bajo la sutil consigna de “enemigo herido gasta más que enemigo muerto”.
La guerra química tiene antecedentes en un conflicto entre China y Japón, pero en la Primera Guerra Mundial surge su figura emblemática. Es el químico industrial alemán Fritz Haber. Sus gases de combate, a base de cloro, arrojaron decenas de miles de muertos y él supervisó personalmente todos los ataques que pudo. La crítica más feroz a su tarea vino desde su propio hogar, convertido en un infierno. Su esposa, Clara Immerwahr, también talentosa químico, creía aberrantes, criminales e indignos los trabajos de su marido. Pero Haber no la escuchó, en nombre de los intereses superiores de su país. En 1915, cuando dirigía un ataque en el frente ruso, Haber tuvo noticias de su casa: incapaz de soportar la situación, su esposa se había suicidado.
Pero esta historia sigue y lo que falta requiere de una lenta bajada de telón, porque tres años más tarde, la Academia Sueca anunció al mundo que “el Premio Nobel de Química 1918 se otorga a Fritz Haber”.
Fuente: "Guía de Educación Tecnológica". René Bahamonde Casas.
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Comentarios
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muy fome el profe y la clase
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uta la clase fooooomeeee
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Sus articulos son de gran interès social y cultural, gracias por ingresar en estos medios y darnos la oportunidad de saber cada día más..
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Pamela Palma Alarcón