Historia de las luces en los automóviles.

En un comienzo, cuando se inventó el automóvil, éste no tenía luces, por lo tanto, sólo se podía usar de día, ya que la noche era considerada un enemigo natural de este moderno medio de transporte. Posteriormente, se le pusieron dos lámparas colgantes de acetileno, siendo el primero en usarlas, para aventurarse a viajar de noche, un auto PEUGEOT, en 1904. Sin embargo, la visibilidad que entregaban estas lámparas era bastante deficiente.

La industria automotriz siguió su acelerado desarrollo y en el año 1912 un automóvil de marca CADILLAC usó por primera vez FOCOS, que gracias a una Batería y a un Generador Eléctrico, fueron capaces de producir corriente y de dotar por primera vez de luces propias a un automóvil.

Este sistema de luces se mantuvo por varios años sin cambios, pero, en la década del treinta, se le agregaron al automóvil dos nuevas luces bajas, que estaban ubicadas en el parachoque delantero, que servían para mejorar y ampliar el área de iluminación. Además, muy pronto los fabricantes se dieron cuenta que estas luces mejoraban mucho la visibilidad en días lluviosos y también cuando había mucha niebla, por lo que decidieron llamarlos NEBLINEROS. Años más tarde agregaron al auto nuevas luces llamadas INTERMITENTES, que se usaron por primera vez en un FORD TAUNUS, en el año 1951.

Como la tecnología no se detiene, en el año 1962 se crearon las luces HALÓGENAS, que daban una luz más intensa y que se usaron por primera vez en el año 1964 en un CITROEN. En los años noventa, la empresa HELLA, encargada de la fabricación de luces, dio un importante paso al crear los faros de XENÓN, que producen una luminosidad de un 50% superior al Halógeno, además consumen menos energía y tienen una mayor duración.

Por último, el gran invento en iluminación de Hella, ocurrió en el año 2003 cuando presentó las luces LED ( Light Emitting Diode). Son instantáneas, iluminan más que el Xenón, se parecen más a la luz diurna, lo cual permite un manejo más reposado y, por sobre todos, esta luminaria no molesta al conductor que viaja en sentido contrario. Con esta nueva tecnología, el ojo humano se cansa menos, lo que permite tener no sólo una mejor visión, sino también le entrega una mayor seguridad al conductor.