Pensaba en que escribir este fin de semana cuando una picadura en mi brazo alentó la chispa que me faltaba para tomar la decisión. Los últimos días estos bichitos realmente me tienen loco, dicen que se pegan a los colores negro y blanco principalmente, yo me he vestido de rojo, amarillo, verde y es lo mismo. Aparecen fuertemente en los meses de verano, cuántos turistas y trabajadores pasan el día combatiendo, además del calor, a estos cargantes animales. Los invito a conocer un poco mas de ellos...
Los tábanos (Familia tabanidae) tienen antenas cortas y un cuerpo robusto en relación a su tamaño. En el mundo se conocen unas 4.200 especies. De éstas, algo más de mil especies con 50 géneros se ubican en el sector neotropical, y poco más de cien especies entre 16 géneros, en Chile. En estado adulto existen de tamaño diminuto, con alrededor de 1 cm. o menos y color café grisáceo, hasta de una envergadura con más de 3 cms. y de color negro, siendo más variados en las regiones tropicales. La especie Scaptia lata se encuentra en Chile, desde Aconcagua hasta Chiloé, y en la Argentina, entre Chubut y Neuquén. Habita generalmente en las cercanías de aguas en movimiento o detenidas, no lejos del bosque nativo, y en zonas despejadas de éste.
Los tábanos atacan las zonas descubiertas de su víctima no importándoles si éste los descubre o no. La picadura es dolorosa, y deja enrojecida la zona afectada causando ocasionalmente inflamación, enrojecimiento y picor, que pueden requerir su tratamiento con antibióticos. Su aparato bucal es lo suficientemente fuerte y largo como para atravesar la piel de caprinos, burros o caballos. No son insectos de reacción ágil, a diferencia de muchas otras moscas, así que es factible cazarlos cuando están posados.
Según cuentan los entendidos en el tema, mueren los primeros días de febrero, eso sí, requiere de un cambio de temperatura y de un poco de lluvia. Si desea disfrutar sus vacaciones o trabajar mas contento ruegue a que llueva o simplemente la paleta para tenis en la playa haga que se convierta en un matatábanos, personalmente evito el viejo truco del palito en la zona rectal, solidarizo con los molestosos amigos. No me traten como alguien en contra de la naturaleza, no me denuncien a la ley de la selva, a la sociedad protectora de animales ni a los conglomerados de acción por los derechos de los tábanos desamparados.
¡Otro más en mi brazo! Adiós.