Si me lo hubiesen dicho no lo habría creído; Mentira, lo creo a pies juntos. Obvio que creo que somos uno de los países del mundo que paga más dinero por la bencina que consume. Y es que como somos los “ingleses de sudamérica”, me hace mucho juicio que en algún momento nuestras autoridades, en algún Gobierno impertérrito con los vaivenes de la economía mundial, decidió que sería buena idea aplicar el famoso Impuesto Específico a los Combustibles.
Pero en ese entonces (1986, pero empezó en 1990), me imagino que no contaban con la astucia de los Estados Unidos y su influencia en el medio oriente que nos tiene a todos como canasto de guatitas esperando el nuevo “Bushazo” que ponga al barril de crudo de una buena vez por sobre los 200 dólares. No, sólo pensaban que era una buena idea. Y lo fue.
Para el Estado chileno, solamente el año 2005 significó la friolera de US$ 1.540 millones por concepto del famoso impuesto. Dinero que un principio, se utilizaría para reparación de vías y problemas causados por contaminación, pero que en la actualidad, con vías concesionadas podrían resultar innecesarias. Entonces, ¿para dónde va la plata? Al parecer se destinaría en buena forma para planes sociales.
Mi pregunta es ¿qué mejor plan social para los chilenos que liberarles la carga pesada de un precio altísimo en bencina? Por qué sale este tema a colación, bueno es a propósito de una investigación divulgada ayer por la Agrupación de Automovilistas de Chile (ADACH) quienes compararon los precios del combustible en distintos países del mundo con la relación de ingresos per cápita de cada nación, y ¿adivinen?. Según los resultados, solo Turquía tiene la bencina más cara que nosotros.
Según los datos entregados por Adach, en Chile un litro de bencina cuesta cerca del 0,18% del ingreso per cápita mensual. Esto representa el doble de lo que cancelan países como Hungría, Portugal y Tailandia. Es más, según explicó ayer Claudia Vithar, presidenta de la agrupación ciudadana "el tema es que para valores similares de bencinas, el ingreso per cápita de los otros países llega a ser sobre tres veces más", explicó contrastando los datos con que para "ingresos per cápita similares al de Chile, como el de China por ejemplo, el precio de la bencina es la mitad". Vithar agregó que “acá hay un abuso con el tema del impuesto específico de 6 UTM para las gasolinas. Alguna vez redujeron el del diesel y de alguna medida se está subsidiando ese consumo".
Según constataron en la Adach, los precios que se pagan en Chile por un litro de bencina son similares a los de Italia y Grecia, pero el ingreso per cápita es tres veces inferior.
El Gobierno afortunadamente se encuentra haciendo eco de la voz de los automovilistas y chilenos varios sólo anunciando la intención de disminuir el impuesto. Por mi, ojalá lo eliminara completamente, por el bien de los bolsillos de los chilenos, y usuarios del transporte. Y también por nuestro medioambiente, dado que el precio de la bencina ha hecho masivo el uso de vehículos con motores petroleros con su consecuente nivel de polución.
La oPiñón