Agradezco que se realicen actividades como el Festival del Folclor Campesino, ya que constituye una instancia de encuentro y recreación para la gente campesina. Habitualmente, este sector se encuentra marginado de la participación de eventos masivos principalmente por motivos geográficos. Fue muy reconfortante ver delegaciones provenientes de los diversos sectores campesinos de la provincia, conformados por familias enteras que venían a pasar un buen rato. Del mismo modo, rescato de este festival, la iniciativa de mantener vivas las tradiciones de nuestro pueblo mapuche. Además de esto, se debe destacar la presencia de connotados artistas, entre ellos el cantautor chileno Eduardo Gatti, el grupo “Inti Illimani”, “Bordemar”, “Alambique”, entre otros artistas que fueron ovacionados por el público asistente.

Pero quiero referirme de especial modo a la jornada de poesía que se llevó a cabo el viernes 11 de enero en la Feria Libre de Rahue. En esta oportunidad se premió los mejores trabajos del concurso literario “Pablo Neruda”, en su quinta edición. Mi experiencia como participante y finalista, fue bastante satisfactoria, puesto que sentí que hay interés por parte del ciudadano común y corriente de participar en este tipo de actividades. Esto pone en evidencia la capacidad creadora que tiene nuestra gente, ya que fue un número importante de participantes los que enviaron sus trabajos. Tampoco se escatimó en la edad, ya que participaron desde niños hasta adultos mayores. Bueno, después de todo, el arte no impone ningún tipo de barreras, y menos la poesía que solo requiere de sentimiento. El tema central de las creaciones consistió en la influencia de la música ranchera, tan popular y difundida, no solo en el campo sino también en la ciudad, y que como se ha visto, despierta más de algún sentimiento para crear un buen poema.
Todo esto deja ver que si hablamos de expresión artística en nuestra ciudad, es fácil encontrarla en cada persona, lo que escasea es la posibilidad de demostrar estas cualidades. Es decir que prácticamente no existen instancias para reconocer o valorar lo nuestro, y aún más, de acercarlo a la gente del pueblo, de modo que la poesía, o cualquier expresión artística no sea vista solo para una elite determinada o entendida en el tema, sino como un bien humano, digno de cultivar por todos.

Me parece que en este sentido, la jornada de poesía cumplió su objetivo, sin embargo, habría sido mucho más satisfactorio que esa multitud de gente que se reunió en la feria Libre de Rahue ese día, hubiera ido con la intensión de escuchar poesía más que con la intensión de escuchar cantar a los Charros de Lumaco. Por este motivo, creo que todavía falta mucho en cuanto a la valoración del pueblo por el arte, pero para que esto ocurra, es necesario que se abran más espacios de participación y se entreguen las herramientas necesarias para fomentar una conciencia artística en todos los sectores de la sociedad.